Planes para el abismo
“Los analistas opinan que el primer ministro británico puede perder el puesto pronto”.
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El Brexit duro, la salida de Gran Bretaña de la UE sin acuerdo alguno, apareció en escena como la peor opción, si las demás fracasaban. Ahora con Boris Johnson esa es la línea política central del gobierno británico, y su concreción está a la vuelta de la esquina. Una mayoría de sus ciudadanos está convencida de que ese es el camino hacia serios problemas en la economía y la sociedad.
Este domingo se filtró hacia las páginas de The Sunday Times el informe de la Operación Yellowhammer, con la que Johnson piensa enfrentar las consecuencias del Brexit duro a partir de su entrada en vigencia, el próximo primero de noviembre. El documento reservado de 16 puntos pinta un escenario de terror, y detalla algunas medidas para enfrentarlo.
En realidad se trata de tres planes, con nombres de aves. Yellowhammer para las medidas generales de contingencia. Kingfisher, para ayudar a los negocios que se vean particularmente afectados por el Brexit. Black Swan para ir enfrentando las peores posibilidades que puedan darse. El acento está más puesto en los problemas que en las soluciones.
Entre lo que los británicos pueden esperar llegado noviembre están una carestía de alimentos y fuerte alza de precios de alimentos frescos, una caída de la libra esterlina (que de hecho ya ha comenzado), una disrupción de los servicios financieros y de la actividad comercial en línea. Todo esto rodeado de protestas que obligarían a mover tropa y al toque de queda.
La lista de males que aborda el documento es mucho más larga, y lleva a preguntarse cuáles van a ser sus efectos políticos. Por lo pronto Johnson está entrampado entre un acuerdo de última hora con una UE cada vez más inflexible, la confianza en un giro hacia los EEUU, y la posibilidad de que en tres meses los problemas mejoren entre 50% y 70%.
Los analistas opinan que el primer ministro británico puede perder el puesto pronto. Lo que parece más difícil es que esto suceda antes de que las calamidades Brexit hayan comenzado. Los planes del laborista James Corbyn para evitar el Brexit duro están entrampados. Todavía nadie está imaginando cómo podría ser un camino de regreso a la UE, una jornada que tendría sus propios costos.
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