Donó el cuerpo de su madre para fines científicos: el Ejército de EE. UU. lo compró y lo detonó
El hombre se enteró que el cadáver de su madre fue utilizado para una prueba explosiva con fines militares y no para el estudio médico, como lo había acordado en contrato.
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En 2014, Jim Stauffer, natural de Arizona, Estados Unidos, donó el cuerpo de su madre a una compañía que se comprometió “mediante un contrato” a redestinarlo solo para investigaciones científicas.
Sin embargo, tiempo después se enteró que dicho cadáver fue utilizado por el Ejército norteamericano para hacerlo explotar como parte de un experimento.
Doris Stauffer falleció a los 73 años víctima del alzhéimer. 45 minutos después de su deceso, el cuerpo sin vida fue recogido por los trabajadores de la Biological Resource Center, una empresa que en los últimos días se encuentra cuestionada por lucrar con cadáveres y almacenarlos de forma inadecuada.
Su hijo, Jim Stauffer, había firmado un contrato en el que el laboratorio precisaba que el cuerpo de su madre no sería utilizado en ámbitos ajenos a la medicina o en pruebas no avaladas por su familia.
Grande fue su sorpresa cuando se enteró que habían vendido el cadáver que donó por casi 6000 dólares al ejército de los Estados Unidos.
Fotografía de Doris Stauffer, cuyo cuerpo fue utilizado detonado porel Ejército de EE.UU.. Foto: Ricardo Arduengo
“Supuestamente la ataron en una silla sobre algún tipo de aparato, y se produjo una detonación debajo de ella para obtener una idea básica de qué le sucede al cuerpo humano cuando un vehículo es atacado con un dispositivo explosivo improvisado”, indicó Jim Stauffer al ABC 15.
Como Stauffer, más de una treintena de casos han sido denunciados en los últimos años. Eso motivó que en 2015, Stephen Gore, el propietario de la Biological Resource Center, sea sentenciado a un año de prisión suspendida por haber vendido los cuerpos sin el permiso de sus familiares.
Sin embargo, en los últimos días su laboratorio volvió a entrar “en el ojo de la tormenta” al ser intervenido por agentes de la FBI de los Estados Unidos quienes realizaron macabros hallazgos dentro del local.
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