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María Camila Padilla: “Lidero un equipo con gente de diversas nacionalidades”

Presidenta de AIESEC Perú, movimiento global de jóvenes del mundo.

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Por: Angela Ccanto Buendía

Luego de ser voluntaria durante 5 años en AIESEC, la ONG que impulsa el mayor movimiento de liderazgo joven del mundo, la comunicadora social y colombiana María Camila Padilla ha logrado ser, a sus 23 años, presidenta de AIESEC Perú y sigue luchando por sus sueños de mujer joven y en la labor de voluntariado.

Fuiste voluntaria durante cinco años, pero ahora ya eres presidenta de AIESEC Perú, ¿cuán difícil ha sido llegar hasta aquí?

Sí, yo ingresé como voluntaria en el 2013 hasta el 2017, y creo que fue la constancia de mi trabajo, las responsabilidades que adoptaba y con toda la experiencia que gané y, bueno, el mayor cargo que tuve hace poco que fue directora de Relaciones Públicas en el 2017, eso me ayudó a poder postular a lograr ser directora de una oficina nacional en diversos países: yo elegí Perú.

¿A qué retos te vas enfrentando ahora que eres presidenta de una organización?

Yo lidero un equipo de 17 personas, y muchas de ellas son de diferentes nacionalidades y entender la cultura peruana, las costumbres, es un reto para hacer un buen trabajo. Y bueno, está el tema de aprender todos los días para desarrollarme como líder y poder conducir a mi organización aquí en el Perú.

¿Cuál es el trabajo que realiza la organización?

Trabajamos en base al desarrollo sostenible con niños, adolescentes, al empoderamiento femenino, también laboramos con adultos mayores, todo, en base a los objetivos de la ONU. Nuestro objetivo es hacer intercambios, que los jóvenes viajen, conozcan otras culturas y compartan la suya. Como lo hago ahora que estoy en el Perú.

Durante estos años, ¿hubo alguna situación complicada en tu labor?

Tomé un intercambio con AIESEC a Polonia y, como el propósito del proyecto era reducir las brechas interculturales, tenía que enseñarles sobre mi cultura a los niños de Polonia. Y no sabía cómo hacerlo porque no sabía nada de su idioma, aunque había una traductora. Relacionarme con niños que no me entendían fue bastante difícil, a veces sentía que no podía hacerlo.

Trabajar tantos años como voluntaria no es fácil, ¿qué te decían tus papás respecto a ese trabajo?

Entendían de que estaba en época de la universidad y no era necesario buscar un soporte económico para mí. Además, ellos sí que valoran lo que la organización significa para mí.

Eres presidenta de AIESEC Perú, pero ¿cómo te ves de acá a tres años?

Quisiera estar en la oficina global de AIESEC, en Canadá. Me encantaría estar allá. Llegar ahí es mi meta cumbre y luego tendría que salir de la organización. Y definitivamente voy a trabajar en cine. Amo el cine.

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