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Espectáculos

“Fue como tener a mi primer hijo”: el relato de un joven chalaco que escuchó a Héctor Lavoe hace 34 años

El 'Cantante de los cantantes' inauguró sus presentaciones en la Feria del Hogar un 5 de agosto de 1986. Un día que marcó la vida de muchos jóvenes y adultos de una generación que no volvió a ver la salsa con los mismos ojos.

Hector Lavoe
Hector Lavoe

“Mamita, ya vengo. Me voy para la Feria del Hogar”, se despedía con un beso Miguel Ángel Martínez de su madre en la puerta de su casa, ubicada en el barrio de Pedro Ruiz Gallo, en el Callao. “Hijito, ten mucho cuidado”, le respondió.

El muchacho de 18 años había terminado de almorzar a la 1 de la tarde para escaparse y ver a su ídolo musical, al que lo considera parte de su familia, su sangre, el cantante puertorriqueño Héctor Lavoe, quien se presentaba por primera vez en el Perú. Fue un 5 de agosto de 1986, un día como hoy, hace 34 años.

Miguel Ángel recuerda cuando se enteró que venía ‘El Cantante de los Cantantes’. Había acabado hace unos meses el colegio y aún no decidía qué estudiar, pero si tenía algo claro era que debía ir a ese concierto. Su madre le guardaba el secreto, debido a que su padre no quería que fuera. Lucero, su enamorada de esos años y actualmente su esposa, también fue a ver a Lavoe. Ella con sus amigas y él, por otro lado, con los de siempre, con los de su barrio.

“Era un adolescente salsero. A Héctor lo tengo presente desde los 12 años. Si supieras lo que hice para ir al concierto, en esa época hasta vendí raspadillas y otras cosas durante varios días para comprar la entrada. Mi papá no quería que vaya”, cuenta muy emocionado.

Hector Lavoe

Hector Lavoe

La Feria del Hogar se celebraba entre julio y agosto, en vísperas de Fiestas Patrias, en San Miguel. Para el ‘Gran Estelar', donde debutaría Héctor Lavoe, se debía comprar una entrada especial. Tres días antes, Miguel y nueve amigos de su barrio se juntaron para adquirir las entradas, costosas para un joven solo 18 años. No recuerda su precio, aunque estima que costaban entre 100 nuevos soles. Consiguieron boletos muy cerca al escenario, a unos 15 o 20 metros.

Llegaron al recinto y formaron su cola. Había miles de personas como Miguel, que estaban ansiosos por ver al ‘Flaco de Oro'. “La oportunidad estaba ahí, si te ibas, perdías. Hubo gente que se quedó en la calle. Al que tenía cara de malo (del grupo de amigos) le dimos las chatas de ron porque los guardias no lo revisaban y adentro compramos la gaseosa”, cuenta mientras se ríe de la travesura que montaron para ingresar aquella noche.

El grupo de diez amigos que llegó a la Feria se desarmó en el ingreso por el tumulto de gente que había llegado. Al final solo quedaron reunidos Miguel y tres amigos más. El reloj iba a marcar las 8 de la noche, la hora de la presentación, y en el escenario apareció Luis Delgado Aparicio ‘Saravá’. “La gente ya pedía su ingreso con el famoso ‘Heeeeector, Heeeeector’. Saravá lo presentó y fue tan espectacular como si fuera el único cantante de los cantantes. Imagínate ese momento, es como si hubiese tenido a mi primer hijo. Fue hermoso, un sentimiento único”.

Luciendo una polera turquesa, pantalón blanco y zapatos del mismo color, Héctor Lavoe entró con sus lentes opacos al escenario, regaló unos pasos de salsa y abrió su concierto en suelo peruano al son de ‘El Rey de la Puntualidad’. “Cuando agarró el micrófono y dijo: ‘yo soy Héctor Lavoe'. No te imaginas lo que sentí. Había gente que lloraba, otros que lo aclamaban que daba miedo”.

Héctor Lavoe, quien en ese entonces tenía 39 años, cantó su gran repertorio de salsas como ‘La Fama’, ‘Juanito Alimaña’, ‘Mi Gente’, ‘La Murga’, ‘Aléjate’, ‘Periódico de ayer’, entre otras canciones. Deleitaría con estos temas durante cinco días más, hasta el 10 de agosto. Sus composiciones tenían historia y llegaban al corazón de sus seguidores, especialmente de los chalacos, que pasaron una hora escuchando y coreando las letras de su ídolo musical.

“Él, supuestamente, se despidió y tocó la última canción que fue ‘Periódico de Ayer’. Abandonó el escenario y la gente no quería que se vaya. Todos coreamos su nombre como dos minutos y Héctor regresó. Si la memoria no me falla, cantó ‘Mi Gente’”.

Algunas personas se quedaron en la Feria del Hogar y otras, como Miguel y sus amigos, volvieron a casa. Los micros grandes de la avenida La Marina estaban repletos y no querían pelearse por regresar sentados o parados, por lo que decidieron ir caminando hasta su barrio, el Pedro Ruiz Gallo, en el Callao.

Horas antes, mientras Miguel disfrutaba del concierto de Héctor Lavoe, su padre llegaba cansado de trabajar a su casa y preguntaba por él. “¿Dónde está?”, reclamaba su progenitor. “Ya está descansando”, respondía ella. En complicidad con su madre, quien resguardaba la puerta y no dudó en ayudar a su hijo a cumplir su sueño, el entonces joven de 18 años pudo llegar a su cuarto en silencio, para luego echarse a dormir.

Meses después, en el día de su cumpleaños, le contó a su papá que había asistido al concierto del gran Héctor Lavoe. “Alzó la voz y me dijo: ‘¿qué?‘ Se quiso molestar, pero le hablé bonito y me respondió: ‘yo por trabajar no he ido y tú vago de miércoles sí’ (ríe). Era ‘chibolo'. Se mató de risa, pero ya las cosas estaban hechas. Esas anécdotas quedan para siempre”.

Treinta y cuatro años después, Miguel Ángel Martínez vuelve a recordar ese concierto con mucha alegría pero con nostalgia y tristeza. Tristeza por cómo su ídolo musical terminó su carrera en las drogas; por cómo perdió a su hijo (Héctor, impactado por una bala perdida) y todo lo demás. Confiesa que cuando Lavoe murió, en Pedro Ruiz Gallo por lo menos ocho casas de su cuadra estaban escuchando sus canciones.

Hector Lavoe

Hector Lavoe

“Héctor Lavoe le dio un cambio al Perú, hubo más gente predispuesta a escuchar la salsa. Las esquinas de los barrios y los hogares escuchaban salsa. Cuando falleció, no había una casa en toda mi cuadra que no escuchara a Héctor Lavoe... Las famosas polladas, conciertos, la Feria del Callao. Abundaba la salsa y lo sigue haciendo… lo sigue haciendo”.

“Héctor fue el mejor... lo mejor de lo mejor. Hay varios cantantes como Frankie Ruiz o grupos como El Gran Combo. Pero me quedo con él. No hay más. Es el único que respira bajo el agua, tenía unas cosas. Y no era una persona que te bailaba salsa y que daba miedo, en un metro cuadrado te bailaba. Hasta la gente bailaba como él... ‘achorao'. Hermoso”, finaliza ese sueño mágico que atesora en su memoria para siempre Miguel Ángel Martínez.

El cielo goza de Héctor Lavoe, aquí en el Perú y en especial el Callao. Los barrios lo siguen escuchando como aquel 5 de agosto de 1986, la primera vez que tocó en la Feria del Hogar, hace 34 años. Como en el barrio de Pedro Ruiz Gallo, donde se quedó para siempre como un chalaco más. “Porque yo, soy la fama. Soy aquel que la gente reclama, pero nadie puede comprender...”.