¿Cuál es el PRECIO DEL DÓLAR hoy?
Elecciones

Paula Távara: “Con Fujimori, cualquier compromiso debe incluir qué hará si es gobierno u oposición”

Entrevista a la politóloga de la Pontificia Universidad Católica del Perú, quien afirma que Pedro Castillo debe ir más allá de firmar documentos, como “presentar a su equipo técnico o plantear puntos más concretos”.

Advertencia. A Távara le preocupa la idea del miedo como principal motivador del voto. Foto: Antonio Melgarejo/La República
Advertencia. A Távara le preocupa la idea del miedo como principal motivador del voto. Foto: Antonio Melgarejo/La República

La campaña de la segunda vuelta ha polarizado posiciones. En el debate público se han instalado temas que buscan infundir temor entre los electores. La politóloga de la PUCP, Paula Távara, analiza cuáles son las características de este discurso del miedo y advierte que puede generar consecuencias en el largo plazo.

Se repite de manera permanente que estamos entre dos extremos. ¿Cree que es realmente así? ¿O quizás los candidatos han empezado a tratar de mostrar un discurso más moderado?

Creo que hacia el 11 de abril con los primeros resultados parecía que nos estábamos colocando entre las mayores polarizaciones posibles, pero en las últimas semanas ha empezado a haber un esfuerzo de ambos para mostrarse más amables hacia el voto que está al medio, hacia ese bolsón de indecisos. Eso requiere que ambos demuestren que son capaces de la moderación. No es lo mismo el discurso que construyes para tus partidarios al inicio de la campaña que el que debes construir cuando tienes más opciones de gobernar a personas que no te han elegido.

Es la moderación de los candidatos. No necesariamente de sus entornos o simpatizantes.

Efectivamente. En el caso de Castillo ha intentado sacar de escena a algunos congresistas electos, aunque el liderazgo de su partido mantiene un discurso radical. En el caso de Fujimori también ha tratado de moderarse -por ejemplo, hizo menos referencia al comunismo en el debate en Chota- aunque alrededor suyo se siguen agrupando personas con este discurso, incluyendo paneles publicitarios y redes sociales.

¿Se viene instalando un discurso del miedo en la campaña?

Creo que sí y eso me preocupa a largo plazo en el país. Hay un discurso del miedo no solo vinculado al terruqueo o al comunismo como tal, sino que va más allá. Es un miedo a lo cotidiano. La idea del hambre, de la pobreza, de precarizar aún más a la sociedad empieza a corroer el debate. Así como en un momento se ha dicho que hay gente más dispuesta al cambio porque el modelo no ha funcionado, el discurso del miedo que se empieza a instalar va en la dirección contraria: es algo así como que las cosas están lo suficientemente mal como para arriesgarnos. Y eso erosiona más la sociedad.

¿Por qué?

Ya no es solo la polarización. Se genera una especie de conformismo con la situación. Si toda voluntad de cambio parece riesgosa y estigmatizante -y hablo en general, sin referirme a un candidato en particular-, si todo cambio es negativo…

¿Me quedo con lo que hay?

Me quedo con lo que hay. Y eso es preocupante, porque entonces no aspiraremos a más, o a mejores situaciones porque parece que cualquier intento de cambio puede ser crítico.

Entiendo. Si alguien dice que las cosas deben cambiar, puede ser señalado como un radical, solo por pedir mejoras.

Exactamente. Imagina a una chica o un chico que no pueda cuestionarse por qué su colegio no tiene agua pues de inmediato le dirán que eso es extremista…

O comunismo.

O comunismo. Y entonces cuando tenga 20 o 30 años no podrá cuestionarse por qué carece de derechos laborales, o cuando llegue a los 70 no podrá reclamar por su pensión. Eso no hace bien a la sociedad, eso no ayuda a construir ni diversidad de opiniones ni posiciones que permitan avanzar consensuadamente en democracia. Se construye un conformismo con el sistema y modelo en el que vives, que equivale a dar las gracias por lo que tienes.

A dar las gracias porque, bueno, respiras.

Y que fortalece este discurso de sal adelante como tú puedas.

Es la exacerbación del individualismo.

Y es la ruptura de lógica que se supone hay en un Estado. Con esto rompes cualquier posibilidad de exigencia al Estado de la mejora de los servicios. Si soy extremista por quejarme, no hay alicientes para que las cosas estén mejor.

¿El “terruqueo” es parte de ese discurso del miedo?

Sí, pero va más allá del solo miedo. Es una lógica de máquina de fango, de que cualquiera que diga algo con lo que no estoy de acuerdo es un terruco. Partes de nuestra cultura que no necesariamente tienen que estar vinculadas con los años de violencia son marcadas: el color de la ropa, las canciones. Esto es revictimizador para una parte de la población que quiere salir adelante y dejar el dolor atrás. Generar una campaña en la cual el miedo está presente y parece que todos quienes te rodean son terroristas, es terrorismo en sí mismo. Es el miedo como principal motivador del voto, no la propuesta, no la autocrítica. El temor como único movilizador no deja de ser terrorismo. Ahora hablamos de Sendero y el MRTA todos los días.

Se ha convertido en un asunto central en la campaña.

La idea de volver a vivir con ese miedo no es sano. Más allá de la elección, vamos a tener que seguir conviviendo como sociedad.

No nos queda de otra.

Seguiremos siendo 30 millones con la pandemia. ¿Queremos llegar al 28 de julio divididos, estigmatizados y con miedo? Comenzar el bicentenario sintiendo que todo se puede caer a pedazos y que cualquiera es un riesgo para mi tranquilidad, no alimenta una lógica de república, de bienestar, de ciudadanía. Se usa mucho la palabra “pueblo”, pero no se construye una lógica de identidad común. Más bien parece que el bien de uno se contrapone con el propio.

Castillo firmó un compromiso democrático. ¿Es suficiente, o espera algo adicional?

Es un buen primer gesto. Sin embargo, es insuficiente teniendo en cuenta las expresiones que el fundador del partido (Vladimir Cerrón) ha tenido antes y que no ha terminado de deslindar de él. Es un gesto de moderación hacia la ciudadanía y también hacia dentro, porque está firmando algo distinto al programa del partido. Parece una forma de anunciar que se distancia de Cerrón sin decirlo. Igual, tiene que haber algo más que este compromiso de diez puntos, ir más allá de firmar papeles, como presentar a su equipo técnico o plantear puntos más concretos.

Posiblemente Fujimori deba firmar un compromiso parecido, de hecho adelantó que lo evalúa. El punto con ella es que suscribió uno el 2016 y aunque no ganó sí tuvo una bancada muy fuerte. A la luz de lo que pasó en este periodo, no respetó ese acuerdo.

De hecho, es un “no” rotundo. La participación de la bancada de Fuerza Popular fue bastante desestabilizadora, responsable de lo mucho que hemos vivido. Así como en el caso de Castillo digo que es un buen gesto pero que necesita distanciarse de Cerrón, en el caso de Fujimori probablemente no alcance con firmar un compromiso. Muchos podríamos sentir que esta historia ya la conocemos. Es más, en su caso cualquier compromiso debería incluir qué hará si es gobierno y qué hará si es oposición, porque la vocación democrática debería estar presente, se gobierne o no. Dicho sea de paso, las distancias también deben pasar por ese equipo técnico que ha presentado, que es bien de los noventas, ¿no? Si todo lo que tienes detrás es una campaña del miedo y un equipo que viene de una gestión, la de tu padre, que tú misma has definido como autoritaria ¿cómo creerte? Hay más trabajo ahí para construir credibilidad.

¿No ha habido un apresuramiento en estos endoses a favor de Fujimori?

Porque probablemente le endosaron desde el mismo miedo, de que hay que defender su modelo, lo avanzado, lo que ellos han construido. Habría que preguntarse sobre las negociaciones entre las bancadas para una gestión parlamentaria. Esta vez FP no tiene la mayoría, pero si sumamos a los partidos que endosaron a la señora Fujimori, tendrían una bancada fuerte.

Siempre y cuando las bancadas se porten de una manera orgánica, sin deshacerse en el camino, como suele ocurrir.

Exacto.

Sobre esto, ¿cuál de las dos opciones le parece que puede tener una mejor convivencia con el Congreso, a diferencia de lo que se vivió en este periodo que ya se va?

Posiblemente, una gestión de la señora Fujimori tendría más posibilidades de una convivencia razonable con el Congreso, por el mayor número de apoyos.

Una curiosidad, ¿es esta una elección en términos de izquierda-derecha? Lo pregunto porque suele decirse que es una división que ya no tiene mayor relevancia en la actualidad, sin embargo siento que ha recobrado vigencia ahora. ¿Qué piensa?

Las expresiones izquierda-derecha ya no han estado siendo tan utilizadas en el país en lo cotidiano hasta que ha llegado esta elección. Eran como significantes vacíos que daban vueltas, que usaban ciertos políticos, pero que no necesariamente representaban algo. De hecho, en la segunda vuelta del 2011 con la hoja de ruta de Humala esto baja. En la del 2016, claramente ambos, Kucsynski y Fujimori, podrían haber tenido el mismo ministro de Economía. Esta vez, sí, se agudiza la contradicción, no sé si entre izquierda y derecha, pero sí entre cambio y permanencia. Deberíamos haber visto venir esto. Era esperable que con la pandemia agudizando desigualdades, con las deudas en las clínicas, las colas para el oxígeno…

Se reflejara eso en la campaña.

Lo más lógico era que se reflejara con claridad.

Newsletter Política LR

Suscríbete aquí al boletín Política La República y recibe a diario en tu correo electrónico las noticias más destacadas de los temas que marcan la agenda nacional.

Profesión; periodista. Doctor por la Universidad de Salamanca (Instituto de Iberoamérica).