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Economía

Agricultores y ganaderos impactados por demoras del FAE-Agro

Apoyo económico. Al menos 8 regiones del país disminuirán la producción de cultivos en -4,1% durante la campaña 2020-2021, ante la falta de financiamiento y otros factores. Recopilamos historias de Cusco, San Martín, Lambayeque y Lima.

El Gobierno y una gran contradicción: declaró a la producción agropecuaria como actividad esencial durante la cuarentena, pero este será el último sector que recibirá ayuda estatal. Y es que a más de tres meses desde que se anunció la creación del Fondo Agrícola Empresarial (FAE-Agro), el financiamiento a los pequeños productores del país aún no llega.

Recién el último sábado, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) aprobó el otorgamiento de la garantía del Gobierno Nacional al Fae-Agro. De esta forma, Cofide tiene luz verde para iniciar en los próximos días con la subasta de las tasas de interés de los créditos que, luego, serán colocados a través de las entidades financieras.

Fue el 8 de junio pasado cuando el titular del Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri), Jorge Montenegro, anunció como parte de su paquete de reactivación al sector –afectado críticamente por las medidas de aislamiento social y baja demanda por el cierre de restaurantes y hoteles– que crearía un fondo por S/ 2.000 millones para otorgar créditos a tasas flexibles a cerca de 300.000 productores del país.

Cabe indicar que el programa crediticio se creó para asegurar la campaña agrícola 2020-2021. No obstante la siembra empezó a fines de julio. Y en Piura el impacto del nulo financiamiento ya ha comenzado a notarse. A falta de dinero para trabajar las tierras, la exportación de banano orgánico se redujo en -15%, mientras que los envíos de limón también cayeron en -30%, según reportó desde medio Piura el dirigente Antonio Valdiviezo. Y en La Libertad, el economista Huerta Benites señaló que al menos 126.000 productores “reportan pérdidas considerables”.

Mientras que a nivel nacional la disminución de la producción de la actividad agrícola cayó -1,72% y -9,52% en los meses de junio y julio debido a las menores áreas cultivadas, según el último informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

Menor cultivo

Y si hablamos de la presente campaña agrícola, se ha previsto que en las regiones de Amazonas, Ancash, Cusco, Ica, Junín, Lima, Lima Metropolitana, San Martín y Tumbes los agricultores reduzcan sus áreas de cultivos en -4,1% en conjunto, según el Marco Orientador de Cultivos del Minagri.

¿Las razones? Además, de la falta de financiamiento, como anota Lucila Quintana, expresidenta de la Convención Nacional del Agro (Conveagro); existe una grave disminución de la mano de obra en el campo debido a las restricciones de acceso por la pandemia –muchas de las regiones han regresado a la cuarentena obligatoria–, la caída de los precios en chacra –como en el caso de la papa cuyo valor kilo bajó a S/ 0,20–, así como por la falta de agua.

“Necesitamos apoyo”

Quizá Richard Huaraca, el señor que estuvo a punto de regalar sus codornices en Lurín y cuya historia se hizo viral en las redes sociales al inicio de la pandemia, sea el mejor reflejo de la situación agropecuaria en estos momentos.

“Aquella vez (marzo) entré en desesperación. Si bien la cuarentena nos agarró a todos, yo no sabía de dónde sacar dinero para alimentar a las codornices, y me daba pena que se murieran, preferí regalarlos para que familias necesitadas puedan comer. Esa vez nuestra situación se hizo conocida y vinieron a ayudarnos, incluso autoridades como el alcalde de Lurín y del Ministerio de la Producción”, recuerda Richard.

Sin embargo, al preguntarle por su actual situación, nuevamente se siente abandonado. “Nos dijeron que nos ayudarían a contactarnos con las cadenas de supermercados, pero seguimos esperando. Nosotros ahora ya podemos salir a vender, pero no hay demanda, entonces solo ganamos para solventarnos a las justas. Necesitamos apoyo”.

Este diario llegó a su pequeña granja en Lurín: de las 30.000 aves que tenía antes de la pandemia, solo quedan los corrales. Richard y su esposa se levantan a las 4 a.m. para recoger los huevos y empezar a repartir. Su faena no termina hasta las 5 p.m. ¿Escucharon sobre el Fae-Agro?, les preguntamos. “No sabemos, señorita”, contestan.

Desde el Cusco, María Elena Ramos es interrumpida por nuestra llamada. La presidenta de la comunidad campesina de Huanoquite, ubicada a dos horas de Huancaro, tiene mucho que contar y consultarnos.

“Todas en la comunidad ya hemos dejado de producir nuestras hortalizas, abonos orgánicos y macerados naturales porque, ¿cómo será, señorita?, nadie nos dice si van a permitirnos vender en la ciudad. Tampoco hay semillas y, si no podemos vender, no se puede pagar la maquinaria, ¿entonces?”.

La dirigente busca alguna respuesta para sus 132 compañeras en su misma situación, pero lamentablemente nosotros no la tenemos. Ramos ha intentado hablar con la Dirección Regional Agraria para que realicen un mercado itinerante donde puedan llevar sus productos, pero no obtiene respuesta. Y en su comunidad, pese a estar organizadas, ninguna ha accedido créditos antes, lo que, piensa, podría ser una desventaja frente al FAE-Agro. Ella, por cierto, tampoco sabía del programa.

En tanto, en San Martín, el dirigente agrícola Óscar Ramos narró a este diario que un 25% de las hectáreas de cultivos serán reconvertidas ante la falta de lluvias. “Estamos viendo otro tipo de cultivos como cacao o café, sacha inchi o piña, que estén sujetos a la disponibilidad hídrica que tengamos y que no sean como el arroz, que sí necesita bastante agua”.

Ramos indicó que se ha sentido desprotegido por el Estado ante las altas importaciones de arroz –se incrementó en 70% durante la pandemia–, la falta de entrega de créditos y el poco entendimiento sobre el agro por parte de las autoridades.

Con más optimismo, Rufino Echenique, lambayecano de 70 años, jamás dejó de cultivar la tierra pese a la alta vulnerabilidad que supone su edad ante la Covid-19: “Nos sentimos héroes porque pese al peligro, que aún no acaba, nosotros los hombres del campo seguimos trabajando duro y parejo”, señaló. Rufino representa quizá a ese gran porcentaje de productores agropecuarios con avanzada edad y con alta probabilidad de que el sistema financiero rechace un posible acceso a un crédito del programa del Estado.

¿Y la ganadería?

Aunque la crisis ganadera ya venía desde antes de la pandemia, las medidas de aislamiento han acentuado más la problemática. “Muchos han tenido que botar su leche y quesos. Se pidió que Qali Warma comprara a los agricultores directamente, pero hay varios candados. Lo único que se necesita es voluntad política para resolver este tema”, refirió Novoa Vargas, presidenta de la Asociación de Ganaderos Lecheros del Perú (Agalep), y pidió a las autoridades permitir el libre tránsito de los agricultores y ganaderos a fin de que pueda realizar la distribución de sus productos.

Preocupación del sector

Los ganaderos y agricultores podrán acceder a créditos de hasta S/ 30.000 a través del FAE- Agro. Sin embargo, Clímaco Cárdenas, presidente de Conveagro, manifestó que existe preocupación del sector, pues las Cajas Municipales no participarían en la subasta, lo que limitaría la entrega de créditos en algunas zonas del país.

Esto se debería a que dichas entidades contarían con liquidez suficiente, por lo que sería poco atractivo colocar créditos a tasas bajas (4%-5%).

Precio de la papa llega a niveles mínimos

Durante la cuarentena, el precio de la papa fue en descenso. Solo en agosto, cerró en su valor mínimo desde enero del 2018. La papa blanca se vendía el 31 de agosto en los mercados mayoristas de Lima a S/ 0,50, mientras que la papa única a solo S/ 0,30, lo que significaba que a los agricultores se les compraba a un valor mucho más bajo.

Según el investigador de Grade Eduardo Zegarra, “el precio en chacra debe estar en menos de S/ 0,30 el kilo, en medio de la pandemia. Productores de papa han enviado cifra récord de su cultivo a Lima, pero a costa de menores precios. La paradoja agraria: buena cosecha, igual bajo precio”, señaló.

La situación ha sido confirmada por Conveagro, que ha solicitado al premier Walter Martos y a la ministra de Economía, María Alva, -mediante una carta- fijar el precio de la papa en chacra en S/ 1,20, y de esa forma “tener un mínimo de ganancia” para asegurar la siguiente producción.

Asimismo, se ha solicitado restringir la importación del tubérculo a fin de proteger la producción nacional.

Cabe indicar que, durante los últimos 35 años, el ingreso de papa extranjera al país creció en 380%.

Y no es el único producto. Durante la cuarentena, la importación de otros 8 alimentos (arroz, azúcar, leche...) aumentó en 24,1% respecto al 2019, según datos de la Sunat.

Las cifras

-4,1% se reducirán las áreas de cultivos para la campaña agrícola 2020-2021.

2.000 millones de soles posee el programa FAE-Agro.

4% es la posible tasa de interés de los créditos del FAE-Agro.

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