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Economía

Coronavirus afecta producción de autos fuera de China

En Corea del Sur, el mayor centro de producción de automóviles del mundo está paralizado: Hyundai cesó sus operaciones.

Hyundai
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Además del turismo mundial, el nuevo coronavirus está afectando la producción internacional de autos. Tanto en China como en Corea del Sur las fábricas se han paralizado.

La preocupación se elevó cuando en la última semana Hyundai anunció el cese de sus operaciones en Corea del Sur debido a la epidemia, pues ha visto reducido el suministro de componente para cableado electrónico , que son producidos principalmente en China.

Así, este quinto productor automotor mundial anunció - que alcanza 1,4 millones de vehículos al año - que suspendía su producción en sus fábricas de Corea del Sur, poniendo en paro técnico a unos 25.000 empleados.

Una interrupción de producción en Corea del Sur durante cinco días podría costar a Hyundai el equivalente de 450 millones de euros (500 millones de dólares), según varias estimaciones.

Hyundai no es el único afectado en el país. Su filial Kia suspendió el lunes la actividad de tres fábricas, y la rama surcoreana del francés Renault prevé suspender la actividad en su fábrica de Pusan (sudeste).

"Las empresas surcoreanas dependen cruelmente de China para sus piezas de recambio. El problema es que a veces basta que falte una sola pieza para que ya no se pueda hacer nada", explica Cheong In-kyo, economista en la universidad surcoreana de Inha.

Impacto en Europa

Lejos de Asia, se esperan también repercusiones. El italo-estadounidense Fiat Chrysler podría detener la producción de una de sus fábricas europeas por falta de componentes procedentes de China, según su presidente Mike Manley en declaraciones al Financial Times.

"La industria manufacturera china es crucial para las cadenas de producción de automóviles. Cualquier retraso o interrupción en la fabricación de un componente (...) puede provocar bloqueos y paralizaciones de fábricas en países como Corea, Japón, Irán o Tanzania", observan los analistas de Fitch Solutions.

En Estados Unidos, las repercusiones van a tardar aún, pero podría haber un impacto indirecto para las piezas de recambio que vienen de otros países y que tienen componentes chinos, según Kristin Dziczek, del Centro de investigación sobre el automóvil Ann Arbor.

Los constructores “buscan la manera de adaptarse, pero no hay capacidades de producción inutilizadas de la talla de las de China, que podrían subsanar las penurias” observa la experta.

Existe un precedente: la industria automotriz mundial sufrió en 2011 tras la paralización -debido a la catástrofe de Fukushima- de la única fabrica de Renesas Electronics, un grupo japonés que controlaba entonces el 50% del mercado planetario de sistemas electrónicos de control de frenos y motores.

Fuente: AFP

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