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Economía

El malestar peruano

Logros y brechas del desarrollo humano.

EDITORIAL
EDITORIAL

El Informe de Desarrollo Humano (IDH) presentado esta semana, titulado “El reto de la igualdad, una lectura de las dinámicas territoriales en el Perú”, a cargo del PNUD, reporta hallazgos interesantes que pueden explicar tanto el reconocimiento de logros sociales como el malestar, una conclusión que emerge de un relato territorial del país.

El informe revela el aumento sostenido del desarrollo humano en el período 2003-2019 a una tasa acumulada del 60%, un dato agregado que se contrasta con brechas debido a tres elementos: el piso altitudinal donde se asientan los peruanos, la baja densidad poblacional y el nivel de diversificación productiva. Así, el nivel de desarrollo humano es más alto en los distritos de costa baja y se reduce conforme se incrementa la altitud en el territorio nacional, hasta llegar a la sierra alta.

Del mismo modo, el informe dividió el territorio en tres grandes grupos según su especialización productiva (agropecuaria, manufacturera y minera), de lo que se concluye que en las zonas donde existe más presencia de la agricultura de subsistencia existe un menor desarrollo humano. Al contrario, en las zonas de mayor actividad manufacturera acompañada de servicios, existe más desarrollo humano, en tanto que no existe una relación definida entre la actividad minera y el desarrollo humano a nivel departamental.

Otra evidencia es la que surge de relacionar el territorio con la desigualdad. Se tiene que los departamentos con mayor desarrollo humano son también los más desiguales, mientras que los que tienen un bajo Índice de Desarrollo Humano (IDH) son similares. Así los departamentos con más IDH pero más desiguales por dentro son Lima, Tacna, La Libertad, Áncash, Piura y Cusco, mientras que los que tienen IDH más bajo pero menos desiguales internamente son San Martín, Pasco y Amazonas.

El informe presenta un Índice de Densidad del Estado (IDE) que evidencia que el Estado peruano “ha llegado más”, es decir, tiene presencia en más territorio, aunque presenta dificultades para dominar la selva peruana. Estos datos demuestran que la clave no es solo que el Estado llegue al territorio sino que se articule a sus necesidades, de modo que esta presencia ni es mágica o inmediata.

Finalmente, los datos de la desigualdad peruana son dramáticos. Por ejemplo, la distancia del desarrollo humano entre los distritos de La Molina (Lima) y Lagunas (Piura) es de 9 a 1; en educación entre La Molina y Uchuraccay (Ayacucho) de 7 a 1; y en ingreso entre Lince (Lima) y Achaya (Puno) de 40 a 1.