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Economía

Salud universal

Un paso decisivo para reducir la desigualdad en el Perú.

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El gobierno ha anunciado que, en breve, aprobará a través de un decreto de urgencia la afiliación de todos los peruanos al Seguro Integral de Salud (SIS), como parte central de un modelo de cuidado integral de la salud para las personas, familias y comunidad. Este modelo deberá implementarse durante el año 2020 y funcionará en su totalidad el año 2021.

La concreción del aseguramiento universal de salud, seguro y cobertura de salud para los peruanos se realiza a diez años de promulgada la Ley Nº 29344, Ley Marco de Aseguramiento Universal en Salud. Es cierto que desde entonces se ha progresado sustantivamente en el acceso a la cobertura de salud. Actualmente el 88% de peruanos cuenta con algún tipo de cobertura en alguno de los cinco subsistemas existentes (SIS, EsSalud, las FFAA, Policía y seguros privados), aunque esto mismo significa que cuatro millones de compatriotas no tienen acceso a ninguna de estas coberturas.

El hecho de que el SIS afilie a cualquier peruano al margen de su condición social acabará con algunos debates, buena parte forzados, respecto a las filtraciones, es decir, la afiliación de los que supuestamente tienen mayores recursos y la idea del SIS como un seguro para pobres. Uno de los propósitos del aseguramiento universal es garantizar el ejercicio pleno de un derecho, para rebajar las desigualdades en el acceso a la salud y el gasto de las familias que en este rubro se realiza por fuera de los sistemas; diversos estudios han demostrado que, a mayor participación del gasto de las familias en salud, el sistema de protección social es más desigual.

Para concretar este objetivo, el SIS deberá afrontar el cambio. Los datos de la Encuesta Nacional de Hogares (ENHAO) indican que el aumento la cobertura del SIS en los últimos años ha operado especialmente entre los menores de 15 años y entre los adultos mayores, lo que conlleva a reajustes en los paquetes de servicios prestados.

Por esa razón, pero sobre todo por la entendible migración desde los otros sub sistemas, es imprescindible reconocer como fundamental atender al problema del financiamiento porque de nada valdría el aseguramiento universal con presupuestos pobres, sin medicinas y déficit de profesionales en los centros de salud.

La universalización de la salud está dejando de ser una utopía. Los cambios en los últimos años en relación a la regulación, financiamiento y gestión de esta política pública desembocan finalmente en una situación donde el cuidado de la vida no depende de su desempeño laboral sino de su condición humana.