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Domingo

El Superba a puertas abiertas

Cerrado desde marzo de 2020, como tantos otros negocios, la clásica taberna sanisidrina reabrió esta semana con su sabor tradicional y el fiel acompañamiento de sus cocteles.

Alheli ensayó con otros emprendimientos, como su marca de postres Corazón de Vainilla. Fotografía: Gerardo Marín
Alheli ensayó con otros emprendimientos, como su marca de postres Corazón de Vainilla. Fotografía: Gerardo Marín

Alheli Castillo, dueña y administradora del Superba, la famosa taberna sanisidrina de la cuadra 28 de Petit Thouars, le ha tocado vivir dos momentos claves en ese local. El primero llegó en el 2010 cuando tomó las riendas del negocio y tuvo que cambiarle el rostro al restaurante, visto hasta ese momento como una “chingana” no apta para toda la familia. El otro fue en marzo de 2020, cuando llegó el covid a nuestro país y se vio obligada a cerrar por las medidas dispuestas por el Gobierno y para proteger a sus cuatro empleados, algunos de ellos adultos mayores con afecciones como la hipertensión, que los volvía vulnerables.

El cau cau del restaurante, con extra rocoto para los más valientes.

El cau cau del restaurante, con extra rocoto para los más valientes. Fotografía: Gerardo Marín

En casa, Alheli ensayó con otros emprendimientos, como su marca de postres Corazón de Vainilla. A los sabores intensos del cau cau y la butifarra tuvo que reemplazarlos temporalmente por el del keke de jengibre o la tarta de pera. La idea funcionó, pero no era lo mismo.

Hasta llegó a pensar que hasta allí llegaba el Superba. Luego de 83 años de existencia, un virus le daba la estocada final a uno de los últimos restaurantes tradicionales de la ciudad.

Pero lo intentó una vez más. En marzo de este año, la taberna que acogió el canto de Chabuca Granda y fue refugio para la sed de Alfredo Bryce Echenique, ofreció su carta por delivery. Era una idea interesante, pero hacía falta algo más para convencer a los clientes nostálgicos.

“Hicimos lo del delivery unos tres o cuatro domingos. Fue bien, poner la rockola, ver las fotos, escuchar el sonido de las copas, hasta la bulla de los micros que pasan por Petit Thouars es parte del ambiente y el delivery no te podía dar eso”, cuenta Alheli.

Una cerveza artesanal acompaña la clásica butifarra del Superba.

Una cerveza artesanal acompaña la clásica butifarra del Superba. Fotografía: Gerardo Marín

Descartada la experiencia del delivery, el Superba volvió al silencio, hasta que los propios clientes lo sacaron del letargo. Conforme menguaban las cifras de contagios y el virus iba perdiendo espacio, las redes sociales de la taberna se fueron llenando de una sola consulta: ¿ cuándo sería la reapertura?

A inicios de diciembre, Alheli decidió reabrir. Pero antes de enrollar la pesada puerta de metal de su local y dar la bienvenida a sus clientes, acordó lo siguiente con su familia: solo atenderían por la tarde, desde las cinco hasta las diez, y con la mitad de personal, que estaría sobre todo en la cocina. La labor de mozos y recepcionistas la harían Alheli y sus hijos mayores, Francisco y Laura. También hubo que rehabilitar el salón, que sufrió una inundación durante la cuarentena, y darle mantenimiento a los antiguos acabados de madera.

Una cerveza artesanal acompaña la clásica butifarra del Superba.

Una cerveza artesanal acompaña la clásica butifarra del Superba. Fotografía: Gerardo Marín

El regreso se dio este martes 28 de diciembre, en pleno Día de los Inocentes. Han vuelto los viejos piqueos de mostrador, como la butifarra clásica, con el jamón artesanal de la casa; la tabla de jamones y queso; y el sándwich genovés, una tentación que lleva pollo, cebollas soasadas y pesto. También están clásicos como el lomo al jugo, el cau cau y una variedad de chilcanos y macerados que pueden alegrar cualquier tarde de verano. En enero harán su ingreso platos más fuertes como el lomo saltado, la sopa criolla y el fetuccini al pesto con sábana. Como se ve, este regreso es vigoroso. Alheli Castillo celebra que aún puede mantener la tradición familiar.

“Yo nunca me imaginé que me iba a tocar a mí el Superba. Hasta el 2010, yo trabajaba en una oficina. Pero ahora siento que lo que pasa al restaurante me pasa a mí y además tengo el apoyo de mi familia, de mis hijos. Es un buen momento para volver”, dice.

Periodista formado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es editor y reportero del suplemento Domingo de La República. También ha publicado en el diario El Tiempo de Colombia y La Tercera de Chile. Fue reportero de la sección política de este diario. Tiene un blog sobre fantasía (cuervosobrepalas.wordpress.com) y otro en el que comenta su trabajo periodístico (cambiodetitulares.wordpress.com)