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¿Es necesario volver al servicio militar obligatorio?

El presidente Pedro Castillo anunció el 28 de julio que será obligatorio para los jóvenes que no estudian ni trabajan, como parte de las medidas contra la inseguridad ciudadana. Los expertos consideran que es una pésima idea.

El servicio militar dejó de ser obligatorio en el año 2000. Hasta entonces, muchos jóvenes de los sectores más pobres eran reclutados a la fuerza en las llamadas "levas". Foto: La República.
El servicio militar dejó de ser obligatorio en el año 2000. Hasta entonces, muchos jóvenes de los sectores más pobres eran reclutados a la fuerza en las llamadas "levas". Foto: La República.

“Los jóvenes que no estudian ni trabajan deberán acudir al servicio militar”, anunció el presidente Pedro Castillo en su mensaje de Fiestas Patrias, cuando exponía sus medidas para reducir la inseguridad ciudadana. Días después, su ministro de Defensa, Walter Ayala, explicó que primero se buscará atraer a los jóvenes de manera voluntaria haciéndolo más atractivo. Pero agregó que si una persona no quiere ir al servicio y no estudia ni trabaja, tendrá que hacerlo de manera obligatoria. Aunque Ayala dijo que no se van a vulnerar los derechos de nadie, sus palabras resultan una contradicción: ¿cómo no va a ser una vulneración a los derechos de una persona obligarlo a realizar una actividad como esta, en condiciones extremadamente duras y durante un período tan largo como dos años? Además, la actual normativa (Ley 29248), vigente desde el 2008, prohíbe el reclutamiento forzoso. Sea cual fuere el plan del gobierno, los expertos creen que se trata de una medida facilista, populista y, a la postre, inútil.

Percy Castillo

Adjunto para los DDHH de la Defensoría del Pueblo

“Nadie puede ser obligado a hacer el servicio militar”

La Defensoría del Pueblo ha sido clara en señalar que este anuncio necesita ser desarrollado, porque en los últimos días ha habido algunas versiones que han matizado el mensaje del presidente Castillo.

Desde la Defensoría confiamos en que se va a respetar el marco constitucional vigente, que señala que el servicio militar es voluntario y que ningún joven puede ser obligado a prestarlo, bajo ninguna circunstancia.

En el Perú no se puede llevar a una persona a hacer el servicio militar contra su voluntad, eso está claramente zanjado por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional y las leyes vigentes. Una reforma en ese sentido transgrediría la Constitución y tendría que ser vista en el Congreso.

Desde hace algunos años se ha comprendido que el servicio militar debe ser una opción más que tengan los jóvenes para desarrollar un proyecto de vida, y esto viene de la mano con el derecho al libre desarrollo de la personalidad, que es reconocido por el Tribunal Constitucional y que establece que cada uno de nosotros tiene la libertad de poder decidir cómo quiere desarrollar su vida. Hay circunstancias excepcionales, como una guerra exterior, por ejemplo, en las que el gobierno obliga a todos los ciudadanos a prestar algún servicio al país, pero una situación como esa hoy no existe.

Carlos Basombrío

Exministro del Interior

“Las Fuerzas Armadas no son un reformatorio”

En el Perú el servicio militar siempre fue un abuso elitista contra los pobres, a los que se llevaba en camiones en las ciudades y el campo, violando todos sus derechos.

Una persona que no trabaja puede estar en transición de un trabajo a otro o puede trabajar haciendo cachuelos o estar en el sector informal y, de igual manera, un joven que no estudia puede que sea alguien que quiere estar en la universidad y no puede o puede que se esté preparando para postular. Obligarlos a hacer el servicio militar es un abuso.

En segundo lugar, me parece que es de un simplismo y un populismo exacerbado creer que la solución para combatir los delitos es meter a todos los potenciales delincuentes a los cuarteles, lo cual es un desprecio al rol de las Fuerzas Armadas. Las Fuerzas Armadas no son un reformatorio y eso está documentado con estadísticas del INPE, que señalan que hay un gran número de presos [24.9%, según un estudio del PNUD] que han estado en las instituciones militares y policiales.

Para los jóvenes que no estudian ni trabajan hay que generar oportunidades de trabajo digno y de educación de calidad, no enviarlos a los cuarteles. El 95% de los llamados “ninis” no lo son porque quieren, sino porque las circunstancias los han colocado en esa situación, y esta situación sin duda se ha agudizado durante la pandemia.

Miguel Jugo

Secretario ejecutivo de la CNDDHH

“Quienes terminan en el servicio militar son los pobres”

Pienso que es una mala idea, que el presidente Castillo ha planteado con un criterio facilista, como si enviar a los chicos que no trabajan ni estudian a las Fuerzas Armadas fuera una solución. Como ha ocurrido siempre, quienes terminan en el servicio militar son los pobres, que son los que no consiguen trabajo, porque si hubiese alguien de un sector económico alto que no estuviera trabajando y no desea ir al servicio, seguramente le inventarían algún trabajo.

No me parece que decir que servirá para reducir la delincuencia sea un argumento válido. Claro, se habla de la disciplina, del rigor, pero hemos visto a, por ejemplo, varios miembros de la Policía Nacional que estaban articulados a la delincuencia y lo mismo se ha visto a nivel de los cuarteles militares.

Además, como Coordinadora Nacional de Derechos Humanos sabemos que la forma abusiva como se actúa en la formación de los reclutas no ha cambiado. En estos meses de pandemia hemos tomado conocimiento de al menos dos casos de reservistas que fueron masacrados durante su servicio militar, incluso a uno de ellos se le expulsó del cuartel para no asumir su responsabilidad. Esta situación de novatadas y abusos no ha cambiado y, lamentablemente, es una de las razones por las que el servicio militar no es atractivo para muchos jóvenes

Reportero. Comunicador social por la UNMSM. Especializado en conservación, cambio climático y desarrollo sostenible. Antes en IDL Reporteros y Perú.21. Premio Periodismo Sustentable 2016. Premio Especial Cáritas del Perú. Finalista del Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación 2011.