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China, odisea espacial

Estados Unidos no oculta su preocupación por el desarrollo de las misiones chinas en Marte y la Luna. En plena pandemia, la carrera espacial de estas dos potencias cobra nuevos bríos.

Arte conceptual del módulo de aterrizaje que llevó a Marte al rover chino
Arte conceptual del módulo de aterrizaje que llevó a Marte al rover chino

Nada mejor para pedir presupuesto que señalar lo bien que le va al rival ante aquellos que manejan la caja de tu organización. Bill Nelson, administrador la NASA, lo sabe muy bien. El jueves último, el abogado y político, hoy encargado del programa espacial de los Estados Unidos se reunió virtualmente con los miembros del Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes de su país, la gente que arma el descomunal presupuesto del gobierno de Joe Biden. En medio de su intervención, el funcionario acercó a la cámara de video de su computadora una foto tomada por el rover chino Zhurong, en Marte, para advertir a sus interlocutores que Beijing va en serio con eso de explorar el planeta rojo y la Luna.

Copia del rover Zhurong en una exhibición de la agencia espacial china.

Copia del rover Zhurong en una exhibición de la agencia espacial china.

“Quiero que vean esta fotografía. (China) es un competidor muy agresivo. Es la segunda nación que aterriza con éxito en Marte (...) También van a llevar humanos a la luna. Eso debería decirnos algo sobre nuestra necesidad de salir de nuestro estancamiento y poner en marcha nuestro programa del Sistema de Aterrizaje Humano “, sostuvo el funcionario, ante el carraspeo nervioso de alguno de sus interlocutores.

La preocupación norteamericana ante el avance de la CNSA, la oficina china para la exploración del espacio, es real y lo han evidenciado varias veces. La manera más insólita fue en 2019, cuando Donald Trump anunció la activación de la Fuerza Espacial, una división militar dependiente de la fuerza aérea norteamericana que tenía como misión “proteger las instalaciones de EE.UU. en el espacio, como los satélites que se usan para la comunicación y vigilancia”.

Con todo, la última gran noticia que China ha difundido en su carrera espacial es el aterrizaje del rover Zhurong en Utopia Planitia, una cuenca en el hemisferio norte de Marte. Allí llegó el sábado pasado. Y el miércoles ya enviaba sus primeras fotografías, en las que se podían ver la rampa de salida del módulo de aterrizaje en el que todavía permanece, los seis paneles solares que lo abastecerán de energía y su antena, con la que alcanza los casi dos metros de altura.

Su llegada recibió todo el despliegue mediático que podía darle Beijing, y aunque efectivamente es un logro importante para el gigante asiático, la misión de Zhurong es menos ambiciosa que la de otros rovers enviados a Marte por los Estados Unidos. El vehículo solo estará operando durante 90 días y hará análisis geológico de la superficie del planeta rojo. Perseverance el último robot enviado por la Nasa a Marte es más ambicioso. Estará operativo durante 687 días terrestres y los experimentos que desarrolla contemplan la fantástica posibilidad de convertir en oxígeno el dióxido de carbono de marte. Este último rover también tiene tecnología nunca antes usada, como su propio dron y unas 19 cámaras que registrarán valiosa información para los científicos.

Volver a la luna

Copia del rover Zhurong en una exhibición de la agencia espacial china.

Copia del rover Zhurong en una exhibición de la agencia espacial china.

En mayo de 2020, Netflix estrenaba una sátira sobre la intención de Estados Unidos de frenar el avance de China en la colonización de la Luna. La serie llamada Fuerza Espacial, como la idea de Donald Trump, y protagonizada por Steve Carell, se planteaba qué pasaría si cosmonautas chinos y estadounidenses coincidieran en nuestro satélite.

Es algo que puede ocurrir en la realidad. Durante esta década, China planea construir una estación científica en suelo lunar, en coordinación con sus aliados rusos, lo que coincide con la intención de EE.UU de volver a nuestro único satélite natural, con una tripulación femenina, en 2024. Cargada de una retórica ligada al Partido Comunista y a sus dioses tradicionales, el programa espacial chino apenas ha despegado y tiene el cielo como límite.

Periodista formado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es editor y reportero del suplemento Domingo de La República. También ha publicado en el diario El Tiempo de Colombia y La Tercera de Chile. Fue reportero de la sección política de este diario. Tiene un blog sobre fantasía (cuervosobrepalas.wordpress.com) y otro en el que comenta su trabajo periodístico (cambiodetitulares.wordpress.com)