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Gonzalo Banda: “El voto del sur peruano se rebela contra el perro del hortelano”

Gonzalo Banda hace análisis político desde 2013. Es un oficio complicado en un país dónde el desenlace electoral siempre es inesperado.

Gonzalo Banda hace análisis político desde 2013. Es un oficio complicado en
un país dónde el desenlace electoral siempre es inesperado.
Gonzalo Banda hace análisis político desde 2013. Es un oficio complicado en un país dónde el desenlace electoral siempre es inesperado.

Cuando la ciencia política en el Perú estaba en pañales, la predicción electoral quedaba en manos de los brujos. Gonzalo Banda sostiene irónicamente que el asunto no ha cambiado mucho. Este politólogo arequipeño afirma que su oficio se asemeja al de un chamán. Las ciencias ocultas pueden descifrar con mayor eficacia el destino de un país impredecible y volátil. Banda vive en Arequipa. Desde 2013 hace análisis político y en todos los procesos electorales aprecia que el voto del sur siempre se pone bajo la lupa. Atribuye la posición contestataria de este enorme territorio al desentendimiento del Estado con Arequipa, Cusco, Moquegua, Tacna, Puno y Apurímac.

¿Qué piensas sobre el análisis que se hace desde Lima para intentar explicar el voto del sur?

Se pretende aclarar el comportamiento de una región como algo exótico, sin centrarse en las causas que provocan esa postura.

Históricamente se define al voto del sur como antisistema. Alberto Vergara se preguntaba: ¿en este país alguien podría ser prosistema?

Donde la gente se muere por falta de oxígeno y de una cama UCI, uno tendría que pensar cuáles son esas razones de marras para seguir siendo “prosistema”. No hablo de economía de libre mercado, pero pregunto: ¿las cosas están funcionando en el Perú?, ¿tenemos instituciones políticas inclusivas?, ¿el Estado está al servicio del ciudadano? Algunos dicen que todo está perfecto, le subimos un par de puntos al PBI y que viva el hortelanismo. Lescano y López Aliaga le han estado hablando a esos ciudadanos que sufrieron con la pandemia, que se quedaron sin empleo y no pueden pagar el préstamo bancario. En un mundo así, es demencial defender ese tipo de poder. Pienso que el sur no solo representa el 20% de los votos en el Perú, además su electorado es capaz de distinguir con mayor agudeza los problemas del país y desafiar aquellos lugares comunes que te dicen: “todo está bien”.

¿Pero es un voto antisistema?

Cuando no hay una explicación clara se apela a las antinomias, “el pro” confrontado al anti. Si algo se puede decir del sur es que tiene una intensa actividad política, pero le falta una identidad homogénea, que no supo unirse en base a programas pese a tener líderes regionales afines: Walther Aduviri (Puno), Zenón Cuevas (Moquegua) y Elmer Cáceres Llica (Arequipa). Hay una actitud contestataria frente al establishment político. Y eso no tiene nada que ver con una herencia del incanato o las rivalidades entre Huáscar y Atahualpa, como lo dijo un exministro. El voto del sur se ha rebelado contra el perro del hortelano, la cultura de que al Perú se le pone en piloto automático y habrá chorreo económico. No es que haya un rechazo contundente al sistema económico sino al sistema político, donde uno no puede aspirar a tener carta de ciudadanía. Hace dos años un jugador de Binacional murió en Juliaca porque no había un resonador magnético.

Esa insatisfacción brota en un territorio rico de donde se explota el cobre, el commodity más importante para el país.

Es cierto. ¿Pero dónde está el Estado? Tienes la Rinconada (Puno), un lugar con mucho dinero pero con trata de personas, igual si vas a Atico. Parafrasearé el libro de Martín Tanaka : Estado, viejo desconocido. No aparece y lo peor es que ya ni se le espera. El boom de los minerales pasó por el sur, ¿hubo algún tejido funcional que dejó? Lo ocurrido en la pandemia reveló que el ciudadano está indefenso y baila solo con su pañuelo.

¿Esta postura antiestablishment también tiene que ver con la influencia de la izquierda?

Hubo una influencia en el siglo XX, pero si echas un vistazo a los movimientos populares con proyección nacional la hipótesis parece distinta. Acción Popular de los cincuenta, la Democracia Cristiana de los sesenta o el Frenatraca, el movimiento de los Cáceres Velásquez, que era muy pragmático. Más allá de izquierdas o derechas, la gran demanda es un nuevo modelo de Estado.

¿El Frenatraca con Cáceres Velásquez nació en Puno, luego llegó a Arequipa, y Cáceres Velásquez quiso ser alcalde de Lima?

Sí, y luego vino un páramo, un desierto. Quedaron solo agendas locales de protesta, huelgas contra algún proyecto minero. Políticos que construyeron su feudo territorial. No hay un proyecto político articulador. Por eso, cuando se critica el centralismo limeño también debemos asumir nuestras culpas. ¿Qué gran proyecto político gestaron las élites regionales, en comparación a sus antecesores, para ganarle la pulseada a Lima? Las élites oligárquicas y antioligárquicas abandonaron el quehacer político.

¿A qué factores se debe ese desinterés?

No quisieron involucrarse con su entorno. Prefirieron sus negocios. Es una reedición del hortelanismo en lo regional. También falta el liderazgo intelectual que había sobre los políticos en décadas pasadas.

En un artículo reciente escribiste que ninguno de los candidatos actuales le estaba hablando a las regiones del sur. ¿Persiste ese mutis?

Recién lo hacen. Guzmán y Verónika Mendoza ya tuvieron discursos altisonantes. La campaña política arranca con una distorsión. La gran batalla electoral se da por Lima. Es una batalla de los hashtag. El candidato se concentra en seguir las tendencias. Ahí estaban las peleas en twitter entre los verolovers y los morados. Eso a las regiones llega muy lentamente. Los candidatos parece que recién comenzaron a descubrir lo que es más viejo en política, hablarle al electorado intentando buscar una identidad política con su causa.

¿Ese discurso es realmente el que se quiere escuchar el sur?

Prometen Majes Siguas II, el gasoducto, etc. y son eternas promesas incumplidas por más de tres gobiernos. Ya el elector se rebela contra eso, no encuentra novedad. Es la misma agenda de hace 20 años. Por ejemplo, en el caso de Arequipa, debería apostarse por mejorar el sistema urbano de transporte.

¿Coincides en que a los partidos en competencia les están faltando operadores políticos en las regiones que identifiquen esos problemas para pescar votos?

Hagamos un ejercicio sano. Repasemos la lista de candidatos del Partido Morado en Arequipa. Quiénes son estos grandes señores, qué ideas aportaron al debate. Nada. Eso pasa cuando la campaña se diseña en algún cubil de Lima y se extravía en las regiones. Los políticos con más éxito en las campañas fueron aquellos que forjaron alianzas con movimientos regionales. Acuña es un ejemplo de ello, le dio resultados en los anteriores procesos. Bueno, ahora tiene un gran antivoto y es difícil que lo revierta.

¿El posicionamiento de Lescano en el sur y en varias regiones del país tiene alguna explicación?

Es un personaje simpático para la cultura popular. Es impresionante las reproducciones en tik tok de sus videos con él bailando morenadas y caporales. Son elementos culturales a analizar. ¿Por qué su candidatura ha prendido en el sur? Bueno, era el ciudadano infiltrado en el Congreso anterior, su agenda de campaña es la misma, denunciando el abuso de las empresas y los bancos. Era el personaje que se agarraba a cabezazos con los apristas y fujimoristas.

Pero Lescano viene de ese congreso desprestigiado.

Por eso digo. Es un ciudadano infiltrado de congresista. Cuando le recuerdan que fue 19 años parlamentario, para él es como una bala que no le cae. No ha desperdiciado ni un momento ni lugar para oponerse a todo. Uno ya no sabía a qué se oponía.

¿Tampoco lo hieren las balas de Acción Popular, Manuel Merino y el golpe de noviembre?

Es un esquivador, un político muy experimentado; cuando sabe que la situación no le conviene, no se mete. Él quiere ser como un representante del ánimo popular.

En cambio Verónika ha perdido la hegemonía del sur.

En la anterior campaña no tenía un actor gravitante como Lescano. Es cierto, estaba Goyo Santos, pero él hacía campaña desde la cárcel. Ahora se encontró a un señor que habla quechua, con partido de militancia ciertamente cuestionable, pero es más activa y plural. Mendoza ya no tiene el único beneficio de ser la candidata antisistema que reivindica un cambio de sistema político. Por otro lado, ella tiene un plan de gobierno marcado por el progresismo: matrimonio igualitario, derecho al aborto seguro, que parecen innegociables. Y el votante del sur no es progresista sino conservador. Contestatario en lo político-económico y conservador en lo moral.

¿Por qué crees que López Aliaga pega en Lima y no en el sur?

Hay que ver cómo evoluciona. Lo de Machu Picchu (por los trenes) será su gran talón de Aquiles. Eso está muy marcado en los pobladores cusqueños. Además, los postulantes que hacen cierto ostento de riqueza no son muy simpáticos en el sur, salvo que te apellides Kuczynski, tengas 70 años y bailes haciendo el ridículo.

¿Las movilizaciones en Arequipa del movimiento Con mis hijos no te metas no podrían endosarle el voto a Renovación Popular? La candidata a la vicepresidencia era la artífice de esas convocatorias.

Si hacemos el cálculo de cuántos católicos o conservadores son y cuántos endosan su voto a una causa política, el resultado de muchas elecciones hubiese sido distinto. Para este caso, el endose puede darse en los sectores A y B. Pero el gran desafío de López Aliaga es el C,D y E. Debe depredar el voto de Keiko Fujimori y de George Forsyth.

¿Y por qué crees que se derrumba Forsyth?

Tenía buenos números en el sur. Se cae porque comienzan a entrevistarlo y aparecen sus carencias. ¿Qué es Forsyth? Un candidato populista con un discurso antipolítico que pretendía jubilar a los políticos tradicionales. ¿Y quién se le parece? Bueno es probable que ese elector vea a López Aliaga.

¿Y quienes llegan con aire al último tramo de la campaña?

López Aliaga y Lescano. Tenemos dos candidatas, Verónika y Keiko, estancadas hace varias semanas y dos que se desinflaron.

Todos estamos centrados en la elección presidencial, pero no en la congresal. El 70% de congresistas viene de las regiones.

Los exotistas limeños deberían preocuparse en eso. Quienes estuvieron socavando las bases del sistema económico fueron los actuales congresistas, autores de leyes populistas. El Congreso puso de cabeza a los agentes macroeconómicos. La miopía nos hace concentrarnos en los postulantes presidenciales y los 38 de Lima. ¿Y los otros 94 de regiones? A algunos los llamé los villanos discretos, en alusión al Héroe discreto de Vargas Llosa, en donde el personaje principal se rebela contra las mafias. Así como hay héroes discretos hay villanos discretos. Alarcón escapa del spotlight de Lima, viene a Arequipa en 2020 y siendo un villano discreto consigue elegirse.

¿Entonces el quinquenio 2021-2026 puede asemejarse al reciente?

Salvo Lescano, los demás candidatos tendrán un serio problema de gobernabilidad por falta de mayoría parlamentaria. Hace cinco años era improbable la vacancia de un presidente. Ahora se discute de manera frecuente.

Desde tu perspectiva, ¿Lescano tendría una mejor relación con el Congreso?

Eso estaría sujeto a comprobación. Habría que ver si su bancada es leal (...). Y ese fue uno de los legados más nefastos del expresidente Vizcarra, esa pretensión o ilusión de que se puede gobernar sin el Parlamento. Hay que gobernar con él, de lo contrario, te expones a cualquier arrebato de alguna mayoría.

Vizcarra fue un líder regional del sur, que hoy está totalmente pulverizado. ¿Le ves algún futuro?

Apenas se convirtió en villano surgió el vizcarrismo y el antivizcarrismo. En este país no puedes descartar nada. Si hasta Alan García tuvo futuro.

Editor regional del diario La República, edición sur. Licenciado en Periodismo de la Universidad Católica de Santa María de Arequipa. Trabaja para La República desde el 2003. Ha publicado libros sobre perfiles políticos regionales y literatura.