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Domingo

Chile, líderes para un nuevo modelo

En abril, Chile debe elegir representantes para elaborar su nueva constitución. Sin embargo, la desconfianza que los votantes tienen por los partidos políticos es muy alta. ¿A qué tipo de profesionales buscarán para redactar una carta que reemplace a la que dejó Augusto Pinochet en 1980?

Ahora que las manifestaciones en Santiago de Chile se han apagado, y que la Plaza Italia y el monumento al general Manuel Baquedano han dejado de ser testigos del descontento de los sureños, lo que sigue es concebir una nueva Constitución que reemplace a la instaurada en 1980 por la dictadura de Augusto Pinochet. Así lo decidieron los chilenos el 25 de octubre, al respaldar la idea de una nueva carta magna con el 78,27% de sus votos.

Y hoy, lo que se expresó al calor de las calles, con banderas tricolor de los mapuches ondeando en la Alameda, debe ser leído con la frialdad de las cifras.

El mes pasado, Ipsos y el centro de estudios Espacio Público publicaron una encuesta en la que preguntaban qué perfil deben tener las personas que serán elegidas en abril de 2021 para formar parte de la Convención Constituyente que redactará la nueva carta.

En este sondeo, los personajes que menos confianza generan son los políticos y los funcionarios con experiencia en cargos públicos. Un 52% de los encuestados expresa su desconfianza en ellos. Los actores y rostros de TV son los que siguen en esta lista de rechazados con un 40% de menciones.

Los resultados son duros pero no sorprenden. En enero de este año, otro sondeo del Centro de Estudios Públicos de Chile (CEP) revelaba que solo un 2% de encuestados confiaba en los partidos políticos. El estudio, hecho en diciembre de 2019, recogía la furia del estallido social de octubre de ese mismo año, desencadenado por el alza del pasaje en el metro de Santiago.

Pero hay más. En febrero de este año, el diario El País, de España, publicó una nota basada en datos del servicio electoral de Chile que advertía del alejamiento de miles de militantes de las filas de los partidos políticos. Eran 15 mil militantes que se apartaban de Revolución Democrática, el Partido Socialista, la UDI o Renovación Nacional. Las deserciones habían ocurrido entre noviembre de 2019 y enero de 2020 y sumaban lo mismo que se había dado en todo el 2018.

Hay que decirlo, hoy los chilenos no confían ni en la derecha ni en la izquierda. Ni en los partidos de Chile Vamos, la coalición centroderechista que llevó al poder a Sebastián Piñera en 2018, ni en la atomizada Nueva Mayoría que tuvo como último triunfo la candidatura de Michelle Bachelet en 2014.

Consultada por Domingo, Lucía Dammert, socióloga y profesora en la Universidad de Santiago de Chile, opina que en las elecciones de abril podría haber un “voto castigo” contra los partidos, a menos que lleven en sus listas a independientes. Y esta declaración nos lleva a otra interrogante. ¿A quién quieren los chilenos como autores de su nueva constitución?

Liderazgos distintos

En la misma encuesta de Ipsos y Espacio Público, los chilenos reclaman a personas expertas en temas constitucionales en un 53%, a médicos, periodistas e ingenieros en un 38%, y a sindicalistas y dirigentes de movimientos ciudadanos (medio ambiente, mujeres o diversidad sexual) en un 36%. Los representantes de pueblos originarios figuran unos escalones más abajo con un 30% de menciones.

¿Y qué esperan de ellos? En el país sudamericano que compartió con el Perú el triste honor de que sus clínicas privadas emitieran facturas por miles de dólares a los enfermos por COVID-19, los encuestados piden el aseguramiento de la calidad de la salud pública como prioridad básica. Ese reclamo es compartido por un 32% de los chilenos, según Ipsos. Además piden la regulación del sistema pensionario (29%), el aseguramiento de la calidad de la educación (22%), la regulación del sueldo mínimo (20%) y el derecho al acceso al agua y su no privatización (20%).

Desde luego, estas exigencias fueron meditadas con el paso del tiempo, no nacieron articuladas y las fuerzas políticas tuvieron que recogerlas para bajar la tensión que ya existía en las calles. “Cuando empezaron las protestas, habían distintos reclamos: acceso al agua, educación, pensiones, exigencias de grupos feministas. Todos ellos fueron convergiendo en un discurso público de cambio en la constitución, que es uno de los últimos bastiones que soportan el modelo heredado de Pinochet”, cuenta Lucía Dammert.

Chile tiene fama de ser uno de los países con mayor desigualdad en la región. El dato que más se repite para sustentar esa afirmación es que el 1% de su población concentra el 25% de la riqueza generada por todo el país. En octubre de 2019, Dante Contreras, director del Centro de estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), convocado para una investigación del PNUD, lo decía de otra manera: “Una persona en el 10% más rico, tiene una alta probabilidad de que sus hijos estén el luego en el 10% más rico. Eso hace que el país tenga dos temas muy complejos de resolver: una baja movilidad social y una alta desigualdad, entonces eso genera una tensión social que la gente que trabaja en ciencias sociales ha venido diciendo hace mucho tiempo”.

El panorama está trazado. Lo que hace falta son líderes no politizados que conduzcan las reformas. Los medios ya han lanzado algunos nombres. Y la novedad es, en primer lugar, la doctora Izkia Siches, reelecta este mes como presidenta del Colegio Médico de Chile.

Siches se hizo más popular cuando cuestionó con firmeza las políticas aplicadas por el gobierno de Sebastián Piñera para combatir el COVID-19. En marzo exigió el cierre total de la Región Metropolitana de Santiago y calificó de “fracaso” a la estrategia de La Moneda. En mayo sería más dura y luego de reunirse con funcionarios del gobierno diría que “no sabía en qué país vivían”. Es la profesional mejor calificada por el manejo de la crisis sanitaria. El 45,1 por ciento de chilenos (según Pulso Ciudadano) considera que Siches ha tenido un desempeño “bueno” o “muy bueno” frente al 11,6% que piensa lo mismo del presidente Piñera. A ella no la ven como probable integrante de la Convención Constituyente sino como candidata presidencial en las elecciones de noviembre del 2021. Ella misma, sin embargo, ha dicho que su gremio espera contribuir en el proceso constitucional.

Desde el lado de los pueblos indígenas suena con fuerza el nombre de la académica Elisa Loncón. “Es fundamental que los pueblos originarios participemos para contribuir sustantivamente a esta constitución”, ha señalado.

Ana Tijoux, la rapera, compositora y letrista que le puso música a las protestas de octubre de 2019, y ha sido declarada por la BBC como una de las mujeres más influyentes del 2020, también ha manifestado su interés en ser constituyente. “Creo que es importante que esté representado el gremio de las artes, porque es muy fácil decir que los músicos estamos en los parlantes de las marchas, pero no: la música es parte de un proceso político en Chile”, ha dicho.

Periodista formado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es editor y reportero del suplemento Domingo de La República. También ha publicado en el diario El Tiempo de Colombia y La Tercera de Chile. Fue reportero de la sección política de este diario. Tiene un blog sobre fantasía (cuervosobrepalas.wordpress.com) y otro en el que comenta su trabajo periodístico (cambiodetitulares.wordpress.com)