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Mascarillas familiares para cuidar a un país

En respuesta al llamado del presidente Vizcarra, las microempresas familiares de Gamarra se pusieron manos a la obra y ya comenzaron a producir las mascarillas que ayudarán a proteger a los peruanos en estos tiempos de pandemia.

08-04-2020 JOHN REYES

CONFECCION DE MASCARILLAS
TELAS
CREACION DE MASCARILLAS
MASCARAS
CORONAVIRUS
COVID19
08-04-2020 JOHN REYES CONFECCION DE MASCARILLAS TELAS CREACION DE MASCARILLAS MASCARAS CORONAVIRUS COVID19

–¿Y ahora qué hacemos?

Fue lo primero que dijo Daysi Muñoz el domingo 15 de marzo cuando escuchó decir al presidente Martín Vizcarra que a partir de ese momento el país entraba en aislamiento social obligatorio.

Daysi y su esposo tienen una microempresa de confecciones dentro del emporio comercial de Gamarra y aunque en los días previos habían oído rumores de que se cerraría la zona comercial para evitar las aglomeraciones públicas, la orden de cerrar todo y quedarse en casa los agarró por sorpresa.

–Fue como un baldazo de agua fría. Esperábamos que nos avisaran con algunos días de anticipación, para prepararnos, pero fue inesperado– dice. –Al día siguiente cerraron las puertas, ya nadie podía entrar.

Las siguientes semanas fueron de incertidumbre. El negocio estaba parado y nadie estaba seguro de que la orden de aislamiento se levantaría pronto.

Pero, entonces, vieron la oportunidad.

–Durante esos días yo salía a buscar mascarillas y no había en las farmacias. Algunas te las vendían a cuatro, cinco soles, cuando normalmente están a un sol cincuenta– cuenta. –Cuando preguntaba por qué tan caro, me decían que no había producción.

Daysi tenía dos máquinas de confecciones en su departamento. Así que le dijo a su esposo, ¿por qué no hacemos mascarillas? En teoría, no era tan complicado. Ellos llevan 10 años en el negocio confeccionando productos más complejos, como prendas industriales y uniformes de trabajo, con su marca Naycer. Él le dijo que era una gran idea.

Y arrancaron.

–Estamos haciendo de dos tipos. Una de notex, de 80 gramos, y otra de popelina gold, las dos con pliegues– dice. –La diferencia es que la de notex la puedes lavar hasta tres veces y de ahí se hace como demasiado delgada, mientras que la de popelina la puedes lavar las veces que quieras.

Daysi dice que han revisado la norma sobre elaboración de mascarillas comunitarias que sacó el Ministerio de Salud (Minsa) hace una semana y que se han asegurado de cumplir todos los requisitos técnicos.

–Comenzamos a producir la semana pasada, después de que el presidente dijo que los empresarios teníamos que empezar a producir mascarillas. Hasta ahora vamos 2 mil unidades. Hemos mandado a Ayacucho, a Huancayo y cada vez hay más pedidos en Lima. Recién estamos empezando.

Es una oportunidad

A Soraya Falen, como a todos los microempresarios de Gamarra, el cierre de su centro de labores también la dejó en el aire.

–Al inicio tuve un poco de temor, de incertidumbre– dice la gerente general de la Corporación Textil SFL. –Pero como mujer emprendedora, siempre estoy viendo la forma de salir adelante. Y me dije “bueno, de las grandes crisis nacen las grandes oportunidades”.

Su ventaja fue que, si bien su tienda está en Gamarra, su taller de confecciones, dirigido por un primo suyo, está en San Juan de Lurigancho.

–Nosotros hacemos uniformes corporativos, uniformes para servicios de limpieza, también para colegios– dice. –Hemos hecho exportaciones al extranjero, a Chile. Así que no teníamos problemas para hacer mascarillas.

Su primer modelo fue hecho de notex, específicamente de SMS, que es una tela hecha 100% de polipropileno y con protección antibacteriana. Está dirigida a trabajadores de sectores que no pueden parar, como policías y militares, trabajadores de empresas de alimentos y ciudadanos que tienen que movilizarse por la ciudad, pero que no están directamente expuestos al coronavirus.

Después de que el Minsa publicó las especificaciones técnicas para mascarillas comunitarias, Soraya también ha empezado a confeccionar las de tela: las hace de tafetán, de tres pliegues y son antifluidos. Están dirigidas a la gente que se queda en casa, pero que de vez en cuando debe salir a comprar alimentos.

–Hasta ahora hemos hecho más o menos 7 mil de las de SMS, y esta semana comenzamos con las de tela doble– dice. –Ya tenemos algunos pedidos. Unas 5 mil para un terminal portuario del sur y 2 mil para una empresa importadora.

También le ha llegado un pedido de cotización de un importante banco, por 10 mil mascarillas, que debería concretarse en los próximos días.

–El tema va a ser conseguir la tela. No hay muchos proveedores atendiendo y cada vez va a haber más demanda. Y cuando pase la cuarentena, muchas personas van a ir y van a arrasar. De todas maneras, el precio va a subir.

Soraya dice que esta oportunidad no es solo de negocio, sino también de ayudar a los que lo necesitan. Por esa razón ha decidido donar 50 mascarillas por cada mil vendidas. Todavía no tiene claro cómo canalizar esas donaciones, pero espera resolverlo pronto.

–Para nosotros, de alguna forma se trata de sobrevivir a esta crisis y, al mismo tiempo, ayudar– dice. – Estamos viendo gente de escasos recursos que necesita alimentos y que también necesita protegerse. Entonces, de alguna forma, queremos apoyar en lo que podemos.

Que el gobierno ayude

Hace dos meses que Luis Viña, dueño de la empresa de confecciones Vintex, le venía dando vueltas a la idea de producir mascarillas. Eran los tiempos en que escuchábamos del coronavirus por los segmentos de noticias internacionales, sin imaginar la fuerza con que impactaría nuestras vidas.

Diseñó modelos, cotizó materiales, hizo números y concluyó que, en ese momento, no era buen negocio: las mascarillas chinas se vendían en Lima a 30 céntimos y él no podía venderlas a menos de 80 para recuperar la inversión.

Así que todo quedó en pausa. Hasta que sobrevino la emergencia sanitaria, el aislamiento, la paralización de las ventas y la amenaza de que la empresa familiar cayera en crisis financiera.

–Así que ahora hemos decidido producir. Estamos probando con notex, para la gente que tiene que trabajar, y de tres tipos: con liga, con tirillas y otra anatómica, también con liga– dice.

Hasta el jueves habían confeccionado unas mil mascarillas. Les han pedido cotizaciones desde empresas de construcción, aeropuertos y laboratorios. Sus precios al por mayor oscilarán entre 5,50 y 6 soles la unidad. Como Soraya y Daysi, Luis cree que el gobierno debería asegurar que los proveedores de telas estén abiertos y que no falte el material. Después de todo, dice, hoy las mascarillas son un producto de primera necesidad.

–El gobierno ha dicho que nadie puede salir sin mascarilla a la calle. Es por seguridad. Entonces, lo que tiene que hacer [el gobierno] es dar todas las facilidades para que los talleres fabriquen las mascarillas. En Gamarra somos muchos fabricantes que podríamos trabajar y, fácil, podríamos cubrir a todo el país. Es cuestión de que se aseguren de que vamos a encontrar el insumo. El resto depende de nosotros.

RECUADRO

Por si desea mascarillas…

Corporación Textil SFL. Pedidos al 961- 777-970. Sra. Soraya Falen.

Confecciones Naycer. Pedidos al 984-312- 578. Sra. Daysi Muñoz.

Vintex Confecciones. Pedidos al 982-561- 883. Sr. Luis Viña.

Reportero. Comunicador social por la UNMSM. Especializado en conservación, cambio climático y desarrollo sostenible. Antes en IDL Reporteros y Perú.21. Premio Periodismo Sustentable 2016. Premio Especial Cáritas del Perú. Finalista del Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación 2011.