Metropolitano inaugurará 14 nuevas estaciones
EN VIVO Alianza vs. Boys
Domingo

Las jugadas de la mafia

"Por eso no engañan a nadie. Porque la gente se conoce sus mañas y sabe lo que hay detrás de cada una de sus tramposas argucias. Por eso, en cada encuesta, les da la contra con roche”

Maritza
Maritza

Les han dicho de todo. Desde terroristas hasta vendepatrias. Desde títeres de Odebrecht hasta títeres de Martín Vizcarra. Desde resentidos sociales cegados por el odio hasta ególatras, vanidosos y soberbios. Pero detrás de todos los adjetivos e insultos que inundan las redes sociales, las columnas de ciertos medios y los sets de algunos canales de televisión, solo late el miedo de un sector político a que los fiscales del Equipo Especial Lava Jato terminen de develar sus chanchullos y corruptelas.

Y la última jugada de la mafia compuesta −en combo− por ese sector político, sus jueces, sus fiscales y sus periodistas adictos, es la investigación preliminar que ha iniciado el indescriptible fiscal supremo Tomás Gálvez (investigado, a su vez, por sus vínculos con los Cuellos Blancos) contra el fiscal José Domingo Pérez, por un presunto caso de abuso de autoridad y prevaricato que habría ocurrido en Moquegua hace diez años.

Con una dedicación que jamás ha tenido para investigar la corrupción en las altas esferas de la política, este personajillo ha decidido empapelar al fiscal más visible del caso Lava Jato y ha paseado por todos canales de TV su intención de que sea destituido de su cargo, lo que equivaldría a echar por tierra toda la investigación que, hasta el momento, ha desnudado a nuestra clase política como nunca antes.

Gálvez, como sus compinches de la fiscalía suprema (todos investigados por el mismo caso, lo que suma a su vendetta una falta total de vergüenza), se da el lujo de perseguir descaradamente a los fiscales del equipo especial, cuando no hay que ser demasiado observador para darse cuenta de que la verdadera intención es lograr su propia impunidad y la impunidad, claro, de los políticos que los auspician.

Y la lógica es muy simple: ¿por qué gente como Gálvez, que jamás ha dicho una sola frase indignada contra la corrupción de pronto considera a los fiscales como el summum de todos los delitos habidos y por haber? ¿Por qué, de pronto, los abogados más empingorotados de la fauna leguleya se dan cuenta de que las prisiones preventivas, esas que afrontan miles de presos en las cárceles, son excesivas? ¿Por qué los periodistas-políticos-empresarios que jamás pestañearon por los millones que algunas empresas extranjeras se llevaron en exoneraciones de impuestos hoy saltan hasta el techo porque se le ha pagado a Odebrecht 526 millones de su propio dinero por la venta de Chaglla, a cambio de información relevante?

Curiosamente, siempre son los mismos: los medios, los abogados, los jueces, los fiscales, los periodistas. Y suelen tener una sintonía total, no solo en sus ataques al equipo especial, su última cruzada, sino al presidente Vizcarra, a los sectores progresistas, a la defensa de las minorías, a la lucha contra la violencia de género, a las reformas políticas y, en fin, a todo aquello que pueda significar un cambio en las reglas que ellos han manipulado toda la vida.

Y se les nota el fustán por el énfasis que ponen en algunos temas y nunca en otros. Si levantaran la voz en la misma medida por cada entuerto que se les descubre a los corruptos que van siendo desnudados por el sistema judicial, uno podría creer que su “indignación” por las presuntas faltas de los fiscales es auténtica y bienintencionada, aunque errada, pero la verdad es que nunca criticaron ni los narcoindultos, ni los pitufeos, ni los chantajes a los testigos, ni los chats de la Botika. Al contrario: asumieron la postura cómplice una y otra vez.

Por eso no engañan a nadie. Porque la gente se conoce sus mañas y sabe lo que hay detrás de cada una de sus tramposas argucias. Por eso, en cada encuesta, les da la contra con roche y ellos no tienen otro argumento que decir que la gente está siendo “manipulada” por Gorriti, por Soros, por Vizcarra, por Odebrecht y hasta por los X Men, para que no se note que ya no tienen el más mínimo apoyo, salvo, claro, los periodistas que los entrevistan una y otra vez y los dejan despacharse a su gusto y sin repreguntas.

Lo único que hay detrás de todo este tinglado de fiscales rebuscones, abogados inusualmente interesados en el debido proceso, periodistas obsequiosos y políticos en pánico es el deseo de tirarse abajo lo avanzado en la lucha contra la corrupción. Esa es la única intención, aquella que no se atreven a expresar en voz alta. Porque, claro, si las intenciones fueran delito, todos ellos estarían en prisión preventiva hace rato.

Periodista por la UNMSM. Se inició en 1979 como reportera, luego editora de revistas, entrevistadora y columnista. En tv, conductora de reality show y, en radio, un programa de comentarios sobre tv. Ha publicado libro de autoayuda para parejas, y otro, para adolescentes. Videocolumna política y coconduce entrevistas (Entrometidas) en LaMula.pe.