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Domingo

¿Las finales sí tienen favoritos?

La aplastante victoria de Binacional, en Juliaca, no mereció la portada unánime de los kioskos. Decisiones editoriales que resintieron a más de uno. ¿Qué sucede con los diarios deportivos cuando el campeonato local deja de ser un pleito de tres? Los directores responden.

Un VAR de lágrimas (Todo Sport). Nos van a ro...VAR (Líbero). Cabeza arriba (El Bocón). Bien cerca de la gloria (Depor).

Salvo esta última portada donde los jugadores de Binacional apuntan al cielo por el camarada caído (Juan Pablo Vergara), los kioskos amanecieron el lunes con el infortunio aliancista de ser abatidos por cuatro goles a uno, en Juliaca.

La épica de ganar la primera final después de enterrar a un amigo pesó menos que la desgracia deportiva de uno de los equipos más populares del país. La promesa cumplida al pie de un ataúd por debajo de la promesa de la remontada. La negligencia del Estado por no dotar de equipamientos necesarios a los hospitales de todas las ciudades del Perú detrás de la negligencia de un sistema de asistencia arbitral mal aplicado.

Esa es la lectura inicial. La lectura de un limeño promedio que no sabe que aquel lunes Líbero lanzó tres portadas (la de la edición sur tenía la misma foto que ilustra esta página y que decía: Goleada de campeonato, destacando el arrollador triunfo de Binacional) o que el diario El Bocón solo tiene alcance en Lima desde hace tres años.

Las críticas en redes sociales fueron más feroces que de costumbre, que ya es decir bastante. Lo más suave acaso fueron las frases hechas de que, en general, los diarios servimos para envolver pescado (o nacimientos navideños por estas épocas). Que nuestro destino final es la conservación marina.

Y aunque eso suceda en cierta forma, con una obligatoriedad irreversible, es preciso escuchar a quienes comandan esas tribunas informativas. Gente que tiene la certeza diaria de que nunca contentarán a todos. Gente que tiene que responder a un mercado pasional como es el deportivo —por no decir futbolero— sin dejar de lado de las cifras (y la humareda que ello implique). La parte cruda de este romanticismo. El jodido negocio.

“A veces los lectores de la 'U' requintan y dicen: oe, pero El Bocón es cagón. Es de Alianza porque no resalta a Binacional. Pero es que finalmente el diario termina siendo un negocio y las decisiones editoriales se ven reflejadas en las ventas al día siguiente”, dice José Bragayrac, director del diario El Bocón.

Este periódico que nació como un bembón que acompañaba una columna de un suplemento del diario Ojo, a inicios de los noventa, ha pasado por muchas etapas, naturalmente. Bragayrac lo ha experimentado, desde sus inicios como practicante hace una década. Haber perdido la cobertura nacional ha marcado su presente.

“Hace tres años que dejamos de tener tiraje a nivel nacional, y dentro de nuestro ratio, nuestro lector objetivo en esta final, a pesar de todo, sigue siendo el hincha de Alianza Lima. Gane, pierda o empate. Es una cuestión de lógica”, añade. Durante todo diciembre hasta el cierre de esta nota, recién en la edición del viernes apareció un jugador de Binacional en la portada: Donald Millán entre Fuentes y Cartagena.

Y si hablamos de esta semana, salvo por el miércoles donde se enfocaron en el pedido de Alianza de la anulación del partido de ida, el resto de tapas se ha caracterizado por las siluetas y alabanzas ‘grones’: La fuerza del corazón por mencionar alguna.

“Tenemos claro que no podemos darle cinco páginas a Binacional porque como producto no llegamos a Juliaca, pero está incluido, desde luego. Y si campeona tendrá la portada que amerita”.

El diario Líbero cumplirá 25 años en el 2020. A diferencia de El Bocón, su alcance es nacional. A tal punto de que tienen cuatro ediciones: norte, centro, sur y oriente (Iquitos). En ese sentido, cuenta con dos páginas regionales que recogen los intereses de cada zona. Y la posibilidad abierta de alterar las llamadas (anuncios) y la portada.

“Tenemos muy marcado el mercado. Si se diversifica lo atacamos de manera diferente. Si se unifica lo tratamos de forma integral. Sé que la portada (del lunes 9 de diciembre) generó muchos comentarios, porque se sintió como una portada única, pero ya ven que no fue así”, anota su director Carlos Salinas.

Si hay alguna autocrítica que hacer, para Salinas, es el hecho de no haber compartido la portada que apareció en el sur —y, por lo tanto, en Juliaca— en las redes sociales de Líbero.

“Nos da una enseñanza en el sentido de que necesitamos enfocar nuestra visión de la audiencia digital a nivel regional. No podemos interpretar a la ligera de que basta con la portada en papel”.

¿Caen significativamente las ventas cuando no se corona Alianza-Cristal y la 'U'? Salinas asegura que el asunto no es tan dramático. Y que en todo caso las cifras se estacionan. Eso sucedió en los años que campeonó la Universidad San Martín de Porres (2007, 2008 y 2010), una institución que no gozó del arraigo popular ni siquiera en sus mejores años.

¿Si campeona Binacional veremos una única portada en todos los kioskos del país? Salinas pone suspenso.

“Imaginemos que el Al Hilal de Carrillo clasifica a la final del Mundial de Clubes. Allí habría que sentarse a analizar. Es muy fácil cuestionar cuando no se conoce cómo actúa el mercado. En el periodismo deportivo la noticia más importante del día no es necesariamente la que más le interesa al público”.

El diario Depor lleva una década en el negocio con una propuesta renovadora y muy llamativa a nivel visual. Además de una filosofía donde se exaltan más las victorias que los escándalos. Nacieron como un polideportivo, de hecho. Quizá por ese carácter inclusivo lanzaron una única tapa, resaltando a los juliaqueños a nivel nacional.

Para nosotros sí fue noticia que un equipo provinciano que no está habituado a las finales sacara ventaja. Y no nos fue mal”, señala su director Walter Corzo.

A todo esto, un poco de deporte. ¿Cuáles son las claves de este Binacional que esta tarde (3:30p.m.) se la ha puesto muy jodida a Alianza en Matute?

“La altura no juega sola, pero Juliaca ha sido un plus. A diferencia del Aurich del 2011 o el Melgar del 2015, que contaban con planteles poderosos, Binacional se armó para no descender, pero en el camino se la creyó. Y ha demostrado ser un equipo solidario”.

Los directores han hablado. Un nuevo campeón (y un nuevo dilema) los espera.

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