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Piketty: un mosquito en el oído de los ricos

Las ideas del economista francés zumban en las orejas de los billonarios del mundo. El académico plantea que paguen un mega impuesto que sería repartido entre jóvenes de 25 años de todo el mundo.

Su primer libro, Capital en el siglo XXI, vendió 2.5 millones de ejemplares.
Su primer libro, Capital en el siglo XXI, vendió 2.5 millones de ejemplares.

Podrían llamarlo el ‘economista Robin Hood’, porque Thomas Piketty (48), un controvertido académico francés, quiere repartir la riqueza de los mega ricos del mundo entre los menos privilegiados. Sí, al mismo estilo del héroe inglés que robaba a los ricos para dárselo a los pobres, pero el economista no habla de robar sino de hacer “circular” el patrimonio. Esto es lo que propone en su último libro Capital e ideología (2019) que como el primero, El capital en el siglo XXI (2013), ha encendido el debate.

Lo dijo en una reciente entrevista con El País de España: “Propongo un impuesto a los billonarios que permita dar a todo el mundo 120.000 euros [US$ 132.000] a los 25 años”.

El especialista en desigualdad económica y distribución de la renta planteó que aquellas personas que poseen fortunas de mil millones de dólares –según la revista Forbes, 2,153 amasaron esa astronómica suma de dinero en 2019– deberían pagar un impuesto del 90% sobre su patrimonio. Y, a pesar de este considerable recorte, “les quedarían US$ 100 millones disponibles, con los que todavía pueden tener un cierto número de proyectos de vida”, explicó Piketty, aplicando una especie de matemática democrática.

El académico sostuvo que lo recaudado deberá ser heredado a todos los jóvenes del mundo que cumplan 25 años y que no hayan nacido con una herencia bajo el brazo. “Y es que la mitad de la población no posee patrimonio y aunque tenga un buen diploma y un buen salario, puede que una parte importante de sus ingresos sirva para pagar toda la vida un alquiler a hijos de propietarios y carezca de medios para crear su propia empresa”.

La idea fuerza del también profesor de la Escuela de Economía de París es “hacer circular la propiedad para que todos tengan acceso a ella y se regrese a un nivel de concentración de la fortuna similar a la de la década de los 60, 70 y 80”.

Atacar la desigualdad

El actual modelo económico, que dicta que el mercado lo regula todo, ha hecho posible que pocos concentren la mayor cantidad de dinero y poder en el mundo. Según Oxfam, el 2018, el 1% de los ricos acaparaba el 82% de la riqueza global. En Capital..., Piketty plantea que si seguimos por ese camino nunca vamos a desatar el nudo de la desigualdad social, una condición que –nos han hecho creer– es consecuencia de un “proceso natural”. Pues parece que sí hay una salida, nos dice el intelectual, y se basa en la redistribución de la riqueza.

En 2018, consciente de que sus reflexiones tendrían repercusión política, en medio de las idas y venidas del Parlamento Británico por la votación del Brexit y la crisis de los ‘chalecos amarillos’ en Francia, el economista escribió un manifiesto para “democratizar” Europa, en el que planteó “la creación de grandes impuestos que se aplicarían a las grandes empresas europeas, a las rentas por encima de los 200.000 euros anuales y a los patrimonios de más de un millón de euros”, y lo recaudado podría ser usado, por ejemplo, para financiar a las universidades europeas o la acogida de migrantes. Su pedido fue firma - do por 120 académicos y políticos.

Inamovible en sus ideas,el que fue catalogado por el The New York Times como un ‘intelectual superstar’, sugirió a El País que la propiedad privada es, finalmente, un bien acumulado gracias a la cooperación de los otros. Puso de ejemplo el arrollador éxito de su primer libro.

“Esto fue posible porque me beneficié de las ideas de colegas y del sistema educativo francés. Es una ilustración perfecta de que las rentas y la propiedad siempre tienen orígenes sociales. No lo inventamos todo nosotros solos. Desde el momento en que uno obtiene altos ingresos, se ha beneficiado de muchas otras personas. Mi experiencia ha confirmado mis convicciones”, enfatizó.

Periodista en el suplemento Domingo de La República. Licenciada en comunicación social por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y magíster por la Universidad de Valladolid, España. Ganadora del Premio Periodismo que llega sin violencia 2019 y el Premio Nacional de Periodismo Cardenal Juan Landázuri Ricketts 2017. Escribe crónicas, perfiles y reportajes sobre violencia de género, feminismo, salud mental y tribus urbanas.