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La cara oscura del vapeo

Inofensivo para algunos, el ‘vapeo’ o uso de cigarrillos electrónicos ha cobrado cuatro muertes en Estados Unidos, y hay más de 300 fumadores hospitalizados por enfermedades pulmonares. Ya se habla de una epidemia.

En agosto pasado, la fotografía de la estadounidense Maddie Nelson (18), en la que se le ve entubada en una sala de cuidados intensivos, circuló como noticia en las redes sociales. La joven, natural de Utah, llegó al hospital por un tipo de neumonía poco frecuente. Y dada la gravedad de su estado fue inducida al coma durante cuatro días. Todo parecía indicar, le dijeron los médicos, que el severo daño pulmonar tenía que ver con el vapeo o el uso frecuente del cigarrillo electrónico que había sido parte de su rutina diaria en los últimos tres años.

“Todo lo que tenía dentro de los pulmones tenía relación con la glicerina del líquido para vapear. Los médicos me dijeron que mis radiografías eran las peores que habían visto jamás”, explicó Nelson a una filial del canal Fox tras su recuperación.

‘Vapear’, en español, o ‘vaping’, en inglés, así se le llama al uso de dispositivos electrónicos que se han puesto de moda entre los jóvenes, incluso, entre los adolescentes (según Associated Press, hay más de 3,6 millones de menores de edad en el mundo que los usan) y que, básicamente, reemplazan a los cigarrillos corrientes.

Pero no es tabaco lo que el usuario introduce a su sistema respiratorio cuando los “fuma”, sino vapor, grandes cantidades que se despiden como nubarrones, y que, según la comunidad científica, no sería tan inofensivo.

Los e-cigarrillos contienen cartuchos con líquidos de nicotina, saborizantes y sustancias químicas como el propilenglicol y glicerol que al pasar por el proceso de vaporización –afirma Felix W. Wehrli, profesor de la Universidad de Pensilvania, que realiza una investigación sobre los efectos del vapeo– se transformarían en sustancias altamente tóxicas.

Estados Unidos ya prendió la luz de alerta, pues en estas últimas semanas, al cierre de esta edición, se reportaron cuatro muertes relacionadas al uso de los cigarrillos electrónicos.

La primera ocurrió en el estado de Illinois, el 23 de agosto, y según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC), se contabilizaron otros 354 casos, en 29 estados, que presentan enfermedad pulmonar grave asociada al vapeo.

Alarmado por la epidemia, Michigan ha sido el primer estado en prohibir la venta de los cigarrillos electrónicos, un negocio que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) moverá US$ 26 840 millones en 2026 a nivel mundial.

Por su parte, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) anunció que aún no se tiene claro qué componente o producto químico de los e-cigarrillos podría ser responsable de la enfermedad. Aunque algunas versiones apuntan al THC o tetrahidrocannabinol: la sustancia psicoactiva en el cannabis en forma de aceite ha sido un común denominador en los casos contabilizados.

Generación vaping

Dificultad para respirar y dolor en el pecho son los principales síntomas de los pacientes hospitalizados, los mismos que padeció la joven sobreviviente del vapeo, Maddie Nelson, quien, tras su traumática experiencia, escribió en su Facebook: “Somos la primera generación que usa los e-Cigs y no hay suficiente información sobre sus efectos”.

Los cigarrillos electrónicos salieron al mercado el 2003, como una alternativa “sana” para los fumadores de tabaco. Incluso, hay científicos como la doctora en Biología Celular y Genética, Carmen Escrig, que los ve como “una herramienta con un potencial enorme para la salud pública”, pues, según ella, su uso reduce la cantidad de fumadores que mueren cada año a causa del tabaquismo.

Sin embargo, dadas las víctimas que ha cobrado el vaping, estudios científicos como el del doctor Felix W. Wehrli revelan que inhalar el vapor básico sin nicotina y sin aromatizantes puede dañar los vasos sanguíneos del cuerpo. “Después de 16 inhalaciones de 3 segundos, los participantes de entre 18 y 35 años mostraron peor circulación y arterias rígidas y menos oxígeno en la sangre”, publicó Wehrli en la revista Science Daily.

La OMS pide la urgente regulación de los cigarrillos electrónicos en los países donde se comercializan. Aunque difícilmente podrá regularse su promoción y venta vía redes sociales, donde influencers del vaping defienden a los e-Cigs ardorosamente.

Periodista en el suplemento Domingo de La República. Licenciada en comunicación social por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y magíster por la Universidad de Valladolid, España. Ganadora del Premio Periodismo que llega sin violencia 2019 y el Premio Nacional de Periodismo Cardenal Juan Landázuri Ricketts 2017. Escribe crónicas, perfiles y reportajes sobre violencia de género, feminismo, salud mental y tribus urbanas.