El genoma de la sexualidad
Un análisis genético a casi medio millón de personas, encontró que hay genes que influyen en la conducta homosexual. Sin embargo, aun es imposible predecir la orientación sexual de una persona por esta vía.

El 30 de agosto pasado la revista Science publicó un estudio que de inmediato dio la vuelta al mundo: un análisis genético a cerca de medio millón de personas, entre los 40 y los 70 años, inscritas en el proyecto Biobank de Reino Unido y en la compañía de genética 23andMe de Estados Unidos, que buscaba determinar cómo influyen los genes en la orientación sexual. Una pregunta que la ciencia quiere responder hace mucho tiempo.
Lo que encontraron a grandes rasgos es que la genética sí es un factor responsable respecto a si uno tiene atracción por personas del mismo sexo, pero esa influencia no proviene de un solo gen sino de muchos. Y también influyen los elementos ambientales -es decir sociales y culturales- por lo que es imposible predecir la orientación sexual de una persona solo mediante el análisis de sus genes.
Los investigadores de la Universidad de Harvard y del Massachusetts Institute of Technology escanearon la composición genética completa de los participantes y también se les preguntó si tenían parejas del mismo sexo o si tenían parejas del sexo opuesto. En el caso de los participantes de Reino Unido, la pregunta que se les hizo fue: “¿alguna vez ha tenido relaciones sexuales con alguien del mismo sexo?” En cuanto a los participantes de EE UU, completaron una encuesta que incluía preguntas sobre identidad sexual, atracción, experiencia sexual y fantasías.
“El hallazgo más importante de este estudio es que ya se han identificado genes directamente vinculados a las conductas homosexuales. No a la homosexualidad, cuidado. En base al estudio de unas 500 mil personas se ha identificado cinco genes asociados a la conducta de tener sexo con personas del mismo sexo”, explica Joel Salinas, médico siquiatra de la Universidad Cayetano Heredia.
El estudio publicado por Science viene acompañado de cuadros que explican algunos de los hallazgos del estudio.
"Uno de los cuadros señala que existen dos genes específicos para hombres, dos genes para hombres y mujeres, y un gen específicamente para mujeres que los predisponen a sentir atracción por personas de su mismo sexo. Si por ejemplo, un hombre tiene el gen específico para hombres -señalado en el “Luego ya vienen los aspectos epigenéticos, la influencia del entorno. Hay aspectos que, por ejemplo, se pueden ver en otro de los cuadros: uno en donde hay un comparativo entre las edades de hombres y mujeres. Lo que se puede ver ahí es que, mientras más jóvenes son las personas, pueden tener más conductas homosexuales. Aparentemente no es solo el gen, sino que puede haber razones ambientales o más permisividad social”, comenta Salinas.
¿El gen gay?
Muchas de las publicaciones que hicieron eco del artículo de Science, titularon sus artículos destacando que el “gen gay” no existe. Esa postura busca responder a una confusión que tiene muchos años en el ámbito de los estudios sobre los genes y la sexualidad: en 1993 investigadores del Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU. estudiaron a 40 parejas de gemelos y descubrieron una región del cromosoma sexual X (Xq28) que, supuestamente, estaba relacionado con la homosexualidad. En 1999, ese estudio fue refutado.
Ahora parece quedar claro, que un gen gay no existe y no se puede predecir la orientación sexual de una personas haciéndole un análisis genético. “El estudio –que proporciona una base firme para futuras investigaciones– arroja más preguntas que respuestas, pero deja en claro de que en el tema de orientación sexual existe un elemento de genética y biología, y existe un elemento del medio ambiente”, dijo el doctor Elmer Huerta en un artículo.
“Espero que la ciencia pueda usarse para educar a la gente un poco más acerca de lo natural y normal que es el comportamiento homosexual”, dijo Benjamin Neale, genetista del Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad de Harvard, uno de los principales investigadores del equipo internacional. “Está escrito en nuestros genes y es parte de nuestro entorno. Esto es parte de nuestra especie y de quiénes somos”, expresó a The New York Times.
En ese sentido -lo han dicho varios especialistas- las terapias de curación del homosexualismo no tendrían sentido. “No se debería intentar el desarrollo de terapias para personas gay. Eso no debería importarle a nadie”, preciso Neale.
El diario norteamericano señaló que, a pesar de sus limitaciones, la investigación ha sido más grande y más variada que estudios previos.
Los investigadores también descubrieron que las personas que algún momento se involucraron en un comportamiento homosexual presentaron luego correlaciones genéticas con problemas de salud mental (como el trastorno depresivo o la esquizofrenia), y con conductas de riesgo y el consumo de marihuana. Eso sí, enfatizaron que el estudio no indica que la homosexualidad provoca o es provocada por estas condiciones o características.
“El estudio solo permite un atisbo a las misteriosas profundidades de la sexualidad humana, pero es, sin duda, un eslabón mas en la cadena de entendimiento acerca de que el comportamiento no heterosexual pertenece al espectro normal y natural de la diversidad humana”, sostuvo el doctor Huerta en su artículo.
Estos hallazgos son un avance, pero como dice Ben Neale, uno de los investigadores, “es imposible predecir el comportamiento sexual de un individuo a partir de su genoma”.
En sus conclusiones el estudio señala: “El comportamiento sexual entre personas del mismo sexo no está influenciado por uno o unos pocos genes, sino por muchos.(...) Quedan por explorar muchas incertidumbres, incluida la forma en que las influencias socioculturales sobre la preferencia sexual pueden interactuar con las influencias genéticas”. Quizá nunca se descifren esas incertidumbres.
Bachiller en Comunicación Social por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Periodista del Suplemento Domingo de La República desde 2003, donde también realiza labores de subeditor. Antes trabajó en el diario El Mundo. Mención honrosa del Premio Salwan 2014. Escribe crónicas y reportajes de actualidad y cultura. Ha realizado coberturas periodísticas en el país y el extranjero.