Precio del dólar en Perú HOY, 19 de abril
Domingo

Audios que cambiaron la historia

La bomba de los CNM Audios reconfiguró el escenario político. Un presidente débil –Martín Vizcarra– se erigió en líder de la lucha anticorrupción. Y una oposición arrogante –la fujimorista– terminó arrinconada al lado de cuestionados fiscales y magistrados corruptos.

El fin de semana del 7 y 8 de julio de 2018, en que se difundieron los primeros CNM Audios, Martín Vizcarra era un presidente con poca legitimidad social. Hacía menos de cuatro meses que había llegado al puesto, casi por casualidad, y, sin partido ni bancada, con solo 29% de aprobación, su orfandad era patente.

Ese fin de semana, a Fuerza Popular no le iba mejor. Se acababa de descubrir que varios empleados de Héctor Becerril, Úrsula Letona y Karina Beteta eran ‘fujitroles’, mientras la popularidad de Keiko Fujimori seguía cayendo en picada.

Cuando IDL Reporteros publicó los audios, Vizcarra no era un presidente confrontacional con los fujimoristas. Mucho menos su entonces premier, César Villanueva. Se diría que trataban de llevar la fiesta en paz.

Pero lo que ocurrió en los días posteriores reconfiguró el escenario político peruano.

Porque las medidas que tomó el presidente para extirpar la podredumbre descubierta en el sistema de justicia convirtieron la lucha anticorrupción en un asunto de importancia nacional. Y marcaron la cancha: de aquel lado, los corruptos; de este, quienes les hacen frente.

Fuerza Popular tenía demasiados buenos amigos entre los Cuellos Blancos como para dejarlos solos. Así que, a veces pública, la mayoría de las veces secretamente, asumieron su defensa. Y en esa tarea –que continúa hasta hoy– se ganaron el repudio de los ciudadanos.

Reforma y consulta

Tras la aparición de los primeros audios, la reacción inicial de Vizcarra fue reunir al Consejo de Estado y pedirle a los titulares del Poder Judicial y del Ministerio Público que tomaran las medidas correctivas –incluso ofreció darles más plata.

Pero, a medida que más conversaciones salieron a la luz, cada negociado más asqueroso que el anterior, el mandatario y sus asesores entendieron que el cambio debía ser estructural.

–Conforme evaluamos la dimensión del problema, llegamos a la conclusión de que teníamos que hacer una reforma– dice hoy el expremier César Villanueva. –El problema no se iba a solucionar condenando a un juez o a un fiscal, o a dos o tres, porque era una red extendida en estos organismos.

La comisión de reforma judicial que presidió Allan Wagner elaboró sus propuestas durante 12 días. Vizcarra adelantó que las presentaría en su mensaje por Fiestas Patrias. Pero en el camino algo ocurrió. El gobierno se dio cuenta de que ocuparse de la corrupción en el sistema judicial no era suficiente.

–Teníamos una crisis política– dice Villanueva. –Teníamos un Congreso muy desprestigiado que necesitaba renovarse. Y necesitábamos que la población se acercara a la política.

En su discurso, Vizcarra sorprendió al país al proponer no solo la recomposición del CNM sino, también, otras tres reformas: el retorno de la bicameralidad, la reforma del financiamiento a los partidos y la no reelección de congresistas. Y al anunciar que, para lograr los cambios constitucionales necesarios, sometería estas propuestas a un referéndum.

Gran parte del país recibió los anuncios con beneplácito y hasta con euforia. Diez días antes se había realizado una multitudinaria marcha de protesta contra la corrupción y el presidente le había dado su respaldo. Fue en esos días cuando comenzó a conectarse con la calle.

En la encuesta de Ipsos del 23 de agosto, el presidente registró un 43% de popularidad.

Era un líder ahora.

Protección naranja

Cuando estalló el escándalo, en Fuerza Popular se estaban frotando las manos por la inminente llegada de Pedro Chávarry al despacho del fiscal de la Nación, un fiscal considerado aliado, según quedó en evidencia en las conversaciones del chat La Botica reveladas tiempo después.

No solo Héctor Becerril y Miki Torres eran amigos de varios Cuellos Blancos –el primero era casi un miembro honorífico de la pandilla. Uno de los audios sugería que César Hinostroza sostuvo reuniones con la mismísima Keiko Fujimori, aludida como la “Señora K”. Todos los movimientos que ejecutaron en las semanas siguientes parecieron tener un objetivo: dilatar la investigación al juez supremo y a los consejeros. Darles tiempo quién sabe para qué negociaciones ocultas. Y, sobre todo, asegurarse de que toda la investigación fiscal fuera controlada por el buen amigo Chávarry.

Cuando, el jueves 19 de julio, se dio a conocer el audio del diálogo entre Chávarry e Hinostroza, los fujimoristas coordinaron vía chat su defensa en los medios. Pier Figari dictó la línea argumental: “no todos los que hablen con el señor Hinostroza deben caer”. Keiko les pidió avisar a los aliados y “salir en bloque”. Todos cumplieron.

Y al día siguiente, cuando, a pesar del comprometido audio, Chávarry asumió el cargo de fiscal de la Nación, el chat fujimorista se regocijó. Keiko dijo que era una "importante noticia para el país" y ordenó a Galarreta que, como presidente del Parlamento, no faltara a la ceremonia de juramentación.

Galarreta fue, por supuesto.

Previamente, los fujimoristas habían dilatado la destitución de los consejeros del CNM. Vizcarra había pedido que lo hicieran desde el lunes 9, invocando el artículo 157 de la Constitución, pero, debido a las maniobras de Fuerza Popular, pasada una semana entera el Congreso no había adoptado ninguna resolución. El martes 17, el propio Vizcarra, haciendo uso de sus facultades constitucionales, convocó a una legislatura extraordinaria para el viernes 20. Recién ese día fueron expectorados los miembros del desprestigiado CNM.

Los fujimoristas también protegieron a César Hinostroza y fue un escándalo. El viernes 29 de setiembre, sus votos en la Comisión Permanente lo libraron de la acusación de ser parte de una organización criminal. Días después, el 4 de octubre, en medio del repudio generalizado, el Pleno tuvo que corregir esa decisión. Lo peor fue que los empleados del Congreso que tenían que enviar el expediente de las acusaciones al Ministerio Público, para que este pidiera su detención, lo hicieron recién el 16, es decir ¡12 días tarde! Como se sabe, Hinostroza abandonó el país el 7 de octubre. Hoy continúa en España, a la espera de que se concrete su extradición.

Pero el principal beneficiado de la protección naranja fue Pedro Chávarry. Los legisladores se ausentaban de las sesiones en las que debían votarse las acusaciones al fiscal, mientras que Keiko Fujimori decía en los medios que era un buen fiscal que debía continuar y que a las reiteradas mentiras que se le habían descubierto “había que entenderlas en su contexto”. El 10 de octubre, fujimoristas y apristas rechazaron el informe que recomendaba destituirlo.

Fuerza Popular, un partido que antes de los CNM Audios pugnaba por mantener cierta credibilidad entre sus electores, se esforzó tanto por proteger a los Cuellos Blancos que ante la opinión pública terminó asociado inevitablemente a ellos, una pandilla de fiscales y jueces corruptos. Un año después, todavía sigue defendiéndolos.

Martín Vizcarra llevó a cabo su referéndum, el 9 de diciembre, y lo ganó por abrumadora mayoría. Cerró el año con 61% de aprobación. Hoy su liderazgo en la lucha anticorrupción quizás ha perdido energía. Pero es innegable que el escándalo que estalló el fin de semana del 7 y 8 de julio del 2018 cambió el rumbo de su presidencia.

Reportero. Comunicador social por la UNMSM. Especializado en conservación, cambio climático y desarrollo sostenible. Antes en IDL Reporteros y Perú.21. Premio Periodismo Sustentable 2016. Premio Especial Cáritas del Perú. Finalista del Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación 2011.