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Griffin vs. Bonnar, la pelea que salvó a la UFC de la quiebra [VIDEO]

Hace 15 años, dos peleadores desconocidos ingresaron al octágono para ganar un contrato con UFC. Nadie esperaba que este combate iba a cambiar a las MMA para siempre.

Las artes marciales mixtas (MMA) son, sin duda, el deporte que más rápido ha crecido en los últimos años. La confrontación física es tan antigua como el hombre mismo, es por eso que llama la atención que hace 30 años no existía una disciplina que conjugara de manera perfecta esta necesidad primigenia de saber quién es el mejor, utilizando todas las herramientas que nos da el cuerpo humano. No obstante, este deporte estuvo a muy poco de no alcanzar la popularidad que hoy goza, para ser específicos, a 15 minutos.

En 2005, Forrest Griffin y Stephan Bonnar eran dos peleadores desconocidos que se aventuraron a participar en un experimento llamado The Ultimate Fighter. No tenían nada que perder, pero nadie imaginaba que un solo combate entre ellos le daría vida al deporte que aman.

Un manotazo de ahogado

Ultimate Fighting Championship nace en 1993 con una serie de eventos que más parecían una exhibición de los circos viajeros de antaño que una competencia deportiva real. Torneos en que atletas de distintas artes marciales se enfrentaban y figuras como Royce Gracie, Dan Severn y Ken Shamrock, captaban la atención del público pero no aseguraban su fidelidad.

UFC comenzó a evolucionar a inicios del 2001 con la llegada de Dana White y los hermanos Fertitta. Sin embargo, para el 2005 las cosas no iban nada bien. La empresa sobrevivía por el dinero de los socios italianos, algunas comisiones por PPV y venta de DVD, y por la escasa publicidad que pudieron conseguir. Para evitar la quiebra, UFC decidió arriesgarlo todo en una movida que, de salir mal, hubiera sido en el último clavo en el ataúd de la compañía.

Si hoy vivimos en los tiempos de los ‘influencers’, hace 15 años los ‘reality shows’ eran lo que marcaban la pauta del entretenimiento de grandes masas. UFC decidió invertir de su propio dinero —porque ni el canal lo quería y los auspiciadores escaseaban— en un extraño proyecto llamado ‘The Ultimate Fighter’ (El último peleador), un programa en el que un grupo de peleadores vivía en una casa mientras se eliminaban semana a semana con sendas batallas dentro de un octágono.

Nadie estaba preparado para un programa como este. Una rara mezcla de sueños compartidos, peleas por comida y alcohol, y combates en los que 16 jóvenes se jugaban su futuro encandiló a un público harto de ver en otros canales las intimidades de famosos con los que no tienen nada en común.

El show tuvo entre sus filas a futuras estrellas de la MMA como Kenny Florian, Diego Sánchez, Chris Leben, Nate Quarry, Josh Koscheck, entre otros. No obstante, Dana White y compañía no sabían del monstruo que habían creado hasta el día de la final.

La pelea perfecta

Un 9 de abril del 2005, Forrest Griffin y Stephan Bonnar ingresaron a la jaula para determinar al ganador del programa en la categoría de los semipesados. Ni siquiera era el evento estelar pero al momento en que pusieron un pie en el octágono, más de 3 millones de personas ya habían sintonizado para ver la definición entre ambos.

Y una vez iniciado el duelo, la audiencia creció. La gente llamaba por teléfono a sus amigos para que cambien de canal y miren como estos dos muchachos intercambiaban golpes sin cesar. La pelea no estuvo ni cerca de ser una obra maestra técnica, fue una verdadera guerra.

Joe Rogan, quien comentaba el evento, dijo al final del primer round que estábamos presenciando el “Hagler-Hearns” de las MMA, aludiendo a aquella famosa pelea de boxeo. En el segundo asalto, la sangre llegó al río cuando los dos peleadores presentaron cortadas en sus rostros, y para el tercero, el paroxismo había llegado a su límite con los dos combatientes cansados pero sin bajar los brazos. Si se hubiera necesitado, hubieran peleado por siempre.

UFC había logrado su cometido, había creado dos estrellas y había ganado una nueva legión de fanáticos. Los jueces decidieron darle la victoria a Griffin por decisión unánime, pero la UFC optó por darle un contrato a los dos.

“Es la pelea más importante en la historia de UFC”, declaró tiempo después Dana White. Los contratos publicitarios comenzaron a llegar y el programa se convirtió en un éxito que duró más de 10 años. Ahora UFC es un gigante en el mundo de los deportes de contacto con un capital de más de 4 billones de dólares, con casi 600 peleadores bajo contrato y con acuerdos televisivos con ESPN y FOX.

Griffin vs. Bonnar, la pelea que salvó a la UFC de la quiebra

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En cuanto a los héroes de esta historia, ambos se encuentran retirados de la actividad. Griffin tuvo más suerte, ya que llegó a ser campeón mundial semipesado y ganó la revancha del año siguiente. Bonnar tuvo una buena carrera también, además de ganar a un amigo para toda la vida (a su hijo le puso de nombre Griffin).

Griffin y Bonnar, ambos, inducidos los dos en el Salón de la Fama de UFC, demostraron que hay oportunidades que no se pueden dejar pasar y que un último esfuerzo puede ser la gran diferencia en tu vida, y en la de los demás.

Forrest Griffin y Stephan Bonnar, miembros del Salón de la Fama de UFC.

Forrest Griffin y Stephan Bonnar, miembros del Salón de la Fama de UFC.

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