Fiestas Patrias: la vez que los argentinos hicieron una parada militar en Perú en honor a San Martín

Sean Fiestas Patrias o no, siempre es oportuno revisar la historia de nuestro país, y en esta oportunidad te contaremos otro episodio curioso que tomó lugar durante la Gran Parada Militar por el Centenario de la Independencia del Perú, festejado en 1921. Uno de los ausentes a esta cita internacional fue Chile, con quien el Gobierno peruano todavía mantenía una acalorado conflicto por las provincias cautivas de Tacna, Arica y Tarapacá. En contraste con ellos, los que sí llegaron y bien preparados a la celebración fueron los argentinos, y con grandes honores.

Pablo Ortemberg, doctor en Historia, investigador de Conicet y director del Centro de Estudios de Historia Política en la Universidad Nacional de San Martín en Argentina, dijo a La República que “los centenarios de la independencia del Perú (1921) y de la Batalla de Ayacucho (1924) fueron dos grandes festejos que Leguía aprovechó para consolidar su poder personalista y, al mismo tiempo, gastar mucho dinero estatal en las fiestas, sobre todo concentrados en Lima”.

Cuando los argentinos participaron en la inauguración del Monumento a San Martin

Nos cuenta Ortemberg: “La misión extraordinaria que envía el Gobierno argentino al centenario de Perú de 1921 estuvo compuesta por un escuadrón del Regimiento de Granaderos a Caballo del General San Martín, con sus propios caballos”, reveló el historiador.

¿Qué fue el Regimiento de los Granaderos a Caballo de San Martín?

Se trata de un regimiento histórico creado por Don José de San Martín en 1812, y que se recreó en 1903, según Ortemberg, “con la idea de recuperar esta historia patria y argentinizar con los valores sanmartinianos a los migrantes europeos”.

“El culto al Regimiento de Granaderos de San Martín fue establecido junto al servicio militar obligatorio en Argentina. Era una especie de monumento viviente. Y desde 1907 incluso pasaron a ser escolta presidencial”, precisa el historiador. Fue esta importante unidad la que llegó a Lima —en condición de invitados— para celebrar tanto el centenario como la inauguración del monumento al libertador en la Plaza San Martín, que se postergó en muchas ocasiones.

La ceremonia en la plaza San Martín

La delegación argentina fue presidida por monseñor Luis Duprat. “Toda la misión asistió a la inauguración de la plaza, donde los granaderos a caballo desfilaron a los pies de la estatua del libertador”. Asimismo, marcharon miembros de fuerzas armadas de países invitados que llegaron en buques de guerra para homenajear al Perú. Los argentinos también llegaron a través de su marinería, junto al buque oficial transporte Guardia Nacional.

El gesto de Perú con Argentina

Como gesto hacia Argentina y a su delegación, el Gobierno peruano decidió brindarle el honor al general Carlos Martínez, el agregado militar de la delegación rioplatense, para comandar el desfile de la plaza San Martín.

“Incluso, en un momento del desfile, se entonaron los himnos de Perú y Argentina, y luego se depositaron tres coronas de flores a los pies del monumento de San Martin, en representación de las tres provincias cautivas de Tacna, Arica y Tarapacá”, menciona Ortemberg. Por supuesto, días después, los granaderos argentinos también asistieron a la Gran Parada Militar del 29 de julio en honor al centenario.

Los caballos obsequiados a Perú

Otro detalle más compartido por Ortemberg es el regalo que realizaron los granaderos de San Martín al Perú: “Cuando se estaban despidiendo, en el hipódromo, los granaderos obsequian a los militares peruanos las lanzas y los caballos, como un gesto de confraternidad”.

Sin embargo, Ortemberg precisa que el escuadrón de granaderos había viajado al Perú a través del Cabo de Hornos, por el sur de Chile y Argentina. Debido a los movimientos bruscos del barco en ese viaje largo y pesado, los caballos resultaron golpeados y afectados. “Tuvieron que sacrificar un par. Yo creo que el obsequio (de la caballada) tenía también una razón práctica. No querían volver de nuevo a pasar esa dificultad ni tener que sacrificar a los animales”, agrega.

La Gran Parada Militar del Centenario

“Lima pasó a ser la vitrina de la nación”, precisa el especialista. “Además de usar los festejos para consolidar su Patria Nueva, también los utilizó para conseguir apoyos internacionales de naciones amigos, en esas todavía pendientes disputas territoriales”.

Debemos recordar que el conflicto de las provincias cautivas entre Perú y Chile seguía vigente tras el incumplido Tratado de Ancón (que estipulaba que Tacna y Arica debían volver a ser territorio peruano para 1893).

La preocupación de Chile

“Chile estaba muy preocupado al observar el éxito de Leguía, que había recibido a más de 30 delegaciones internacionales para las celebraciones del centenario. El gobierno chileno estaba atento, puesto que esto hacía peligrar su campaña publicitaria a favor de su propia casa en el conflicto de Tacna, Arica y Tarapacá, que recién se soluciona en 1929, con el Tratado de Lima”.