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“Sobre lobos” regresa al teatro La Plaza

Tres seres solitarios que, al igual que los lobos, buscan sanarse en manada. La obra de Mariana Silva Yrigoyen cuenta la historia de una exvedette en decadencia, una correctora de estilo deprimida y un empresario español que ha dejado de creer en el amor. ¿Qué pueden tener en común estos personajes?

Liliana Trujillo, actriz de teatro, para contarnos todo sobre el inicio de temporada de "Sobre Lobos". Foto: captura de LR+
Liliana Trujillo, actriz de teatro, para contarnos todo sobre el inicio de temporada de "Sobre Lobos". Foto: captura de LR+

En “La entrevista”, Paola Ugaz conversó con Liliana Trujillo, actriz de teatro, para contarnos todo sobre el inicio de temporada de “Sobre lobos”, obra que retrata los encierros emocionales, la violencia contra la mujer, la discriminación y, lo más importante, entender que dentro de las diferencias siempre hay algo que nos une.

¿Qué significa regresar al teatro después de 15 meses? No entrabas al teatro hace cinco años.

—Ha sido motivador y hasta necesario, creo yo. Todos hemos caído en cuenta de lo que somos colectiva, socialmente, como comunidad. Siento que el público está recibiendo bien el regreso de las obras de teatro.

Este personaje que haces en “Sobre lobos” no es uno que normalmente hayas representado. ¿Cómo ha sido el reto?

—Yo hice una audición para este personaje hace seis años y lo quería muchísimo porque el personaje es hermoso, la obra es arte. Es una excelente obra, los personajes son muy hermosos. Audicioné, pero me dijeron que no porque era muy joven y necesitaban a alguien de más edad. Parece ser que en estos cinco o seis años he obtenido lo que necesitaba para este personaje. Entonces llegó en febrero la propuesta y ha sido un regalo, ha sido un riesgo que quería tomar, que era necesario para mí, para la aceptación de mi cuerpo, poder mostrar partes de mi cuerpo.

No solo ha sido un aprendizaje de la construcción del personaje; sino la reconstrucción de mi persona. Reencontrarme con mi cuerpo de 52 años, entrenando en un espacio teatral, ha sido muy vital, necesario, energético, pero, además, aceptarme con las limitaciones que conlleva tener 52.

El mensaje de la obra es la importancia de la manada porque, así seas diferente al otro, hay algo que al final te une. ¿Por qué es importante?

—Todos buscamos un bien común, estar bien emocional, social, económica y políticamente. Esa necesidad de igualdad, bienestar, de plenitud es indispensable para poder tener un poco de calma, estabilidad, paz. Cuando se busca ejercer poder sobre otros grupos, pasa justamente lo que estamos viendo.

En la obra los tres somos muy diferentes y, sin embargo, se necesitan, conviven y creo que es posible cuando no hay extremos, posturas que invaliden o descalifiquen al otro. Esta obra, por otro lado, presenta la violencia de género. A raíz de la pandemia, 70% de las adolescentes han salido embarazadas y el abusador está dentro de la familia.

¿Qué le dice esta obra a un país que en vez de avances en temas sobre el abuso contra la mujer tiene retrocesos?

—Creo que lo que la obra lleva también es que hay que denunciar, decir las cosas. Enfrentarse a los temores, a los miedos. Por algo es que los personajes que llevan el hilo de la historia son femeninos también. Es darle la voz a una exvedette que tiene un problema de alcoholismo y una chica que ha sufrido violencia de género.

¿Cómo es meterte en el personaje?

—Es la observación, sacar información de lo que nos brinda el guionista, el dramaturgo respecto a su mundo interior, a cómo se expresa o vincularlo a algo cercano de la vida personal, aunque a veces no coincide, es muy distante. Por ejemplo, yo no he tenido vida de vedette para “Sobre lobos”. Sin embargo, sí creo que hay como una diva que vive en mí, que se siente sexy o atractiva y a eso me apelo para construir el personaje.

En este caso, el personaje tiene un ritmo diferente al mío, yo soy pausada. Es como si ubicara dentro de mi persona herramientas que me ayudan a acercarme a lo que considero que es el personaje y a lo que la directora me va a decir que sí o no funciona.

En otro punto que me gusta es el análisis del texto. Lo que dice un personaje no lo dice para llenar un espacio, lo dice porque viene de una reflexión, desde su percepción. Encontrar el punto de comunión entre lo que el personaje quiere decir y lo que Liliana quiere decir es lo más retador.

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