ONP, mayo 2024: cronograma de pagos
Cultural

Jhonatan Segura: “Todas las personas estamos rotas y parchadas”

El escritor y fotógrafo arequipeño vive en Alemania. Su libro de cuentos, Los empedernidos, muestra las fisuras humanas marcadas por la violencia.

Segura ganó el premio HananFilmStudio en Rostock, Alemania, por el documental Niños trabajadores de la calle. Foto: composición LR / difusión
Segura ganó el premio HananFilmStudio en Rostock, Alemania, por el documental Niños trabajadores de la calle. Foto: composición LR / difusión

“Estoy un poco en el futuro”, bromea Jhonatan Segura desde Alemania. En el país del goleador Miroslav Klose, amanece y anochece 7 horas antes que en Perú. Desde ahí, el arequipeño acaba de relanzar Los empedernidos (La Travesía Editora), un libro de 13 textos, en el que se incluyen inéditos. La violencia es el aire que se respira en todas las historias.

Uno de los cuentos nuevos es “Soroman, el eterno” y que tiene que ver con Maradona. ¿Qué te ha seducido de ese personaje?

De Maradona, su inminente extinción. Algo doloroso para muchos que se empeñaban como él en dilatarla, viendo videos de sus mejores jugadas o de él corriendo en una caminadora. El cuento habla sobre esa fugacidad.

El cuerpo es uno de los grandes temas en tu libro. ¿Qué representa en tus cuentos?

Muchas cosas. Una de ellas, el lastre en el que puede convertirse para el otro. Por ejemplo, en “La carnicera del Mustang rojo”, la mujer amputa el pene a su marido por venganza. En “Los empedernidos” otra mujer parte en cuatro pedazos a su novio, mientras que en “La fiebre babeliana”, Landy abre tanto la boca que termina por rompérsele la cara, todo para no decir una verdad. El cuerpo representa la moral, el hastío, el silencio.

La mujer tiene mucho protagonismo, ¿es por una razón en particular?

No, en absoluto. Son personajes como otros que surgieron casi espontáneamente o inspiraciones de mujeres reales que he conocido. Por decirte que me inspiré en una tía para crear a Ramaiquía del cuento “Omega”.

Tocas la violencia, ¿de qué forma llegó la violencia a tu vida?

Toda promesa sin cumplir durante la infancia es un hecho violento. También los sueños frustrados. Ese tipo de violencia contribuyó a la creación de mis personajes o historias. En “Omega”, el niño al que llaman Muralla es víctima de una violencia particular que encuentra de camino a lograr su sueño.

¿Qué te motivó a escribir ficción?

Yo no empecé por los libros sino por los hechos. Ver el dedo de una mujer descuartizada o un anciano travestido. Fueron dos hechos sobre los que fabulé de niño sin descanso. Inventé más de la cuenta sobre ellos. Lo hacía con una exaltación tremenda, con placer. Años después no se me ha quitado ese prurito por la ficción.

Los que te leen sienten que tus cuentos no parecen locales…

Los temas no son complejos en realidad, aunque algunos nombres son poco usuales. Hay muchos lugares y personajes locales en Los empedernidos. El “Artífice” (personaje), por ejemplo, pasa en el centro de Arequipa. Es, pienso yo, un mero cambio nominal que me permite inventar más y quizá evitar que la imaginación del lector quede limitada.

Rosa Montero señala que los escritores tienen una fisura en el fondo. ¿Cuál sería en ti esa fisura, que te ha volcado a la literatura?

Todas las personas estamos rotas y parchadas de cabo a rabo. No somos maniquíes de titanio. Somos una rareza, incluso los coach positivistas. Ellos más aún. Entonces siempre habrá algo que contar. Hay grandes mentirosos que no están conformes con su oralidad, así que además escriben, los mentirosos escrupulosos se ruborizan, no llegan al papel.

¿Piensas alejarte del tema fantástico en tus nuevos proyectos o incursionar en otro género?

Por el momento estoy sin proyectos. Sin embargo, me gustaría decir que Los empedernidos no tiene nada de fantástico, lo que sucede en sus historias es una proyección de cómo veo diferentes temas como, por ejemplo, la mentira, el fracaso de las relaciones, la convivencia, la violencia.

El dato

El autor. Nació en Arequipa, 1981. Ganó el premio HananFilmStudio en Rostock, Alemania, por el documental Niños trabajadores de la calle. Ha publicado también Los días que fui Bob Harris (poesía).

Redactor de la edición sur de La República. Estudió en la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA) de Arequipa. Trabaja en medios hace 10 años, con mayor interés en las crónicas.