Mirella Quispe: “El Perú es una tarea sin fin”

En Villa El Salvador, a un niño de 7 años le piden una tarea en el colegio. El pequeño la realiza y en ella aflora, con absoluta inocencia y sinceridad, la violencia que golpea a su familia, a su localidad, al país. Instalado en una zona pobre, el pequeño da cuenta del racismo en una época en que la violencia estructural incendió al país. Corrían los años 80.

Ese es el tema de la obra La tarea sin fin, de Rudy Bezir Chamorro, que Mirella Quispe dirigirá hoy en la puesta como lectura dramatizada en vivo en el Festival de Arte Escénica de Lima (FAEL). Actúan Kelly Carrillo, Sylvia Majo, Emmanuel Caffo y Pepe Iturrizaga.

“Ha sido escrita en el 2020, y para esta puesta, antes de los ensayos, he contado con el asesoramiento de César de María”, dice la directora.

Mirella Quispe estudió Literatura en San Marcos y Teatro en la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático (ENSAD). En esta casa de estudios publicó, como editora y compiladora, Memorias: su devenir en la escena teatral, un libro que recoge 10 obras que abordan el tema de memoria desde Contraelviento, de Yuyachkani, hasta creaciones más recientes como Carnaval, de Miguel Ángel Vallejo Sameshima. Actualmente, desarrolla el proyecto “Mujeres en dramas” sobre dramaturgia peruana escrita por mujeres.

Tarea sin fin resultó la obra ganadora de la convocatoria Nueva Dramaturgia FAE Lima 2021, y Mirella Quispe fue llamada a dirigirla para este festival.

¿Qué méritos de la obra inclinaron la decisión del jurado?

La vigencia de los temas que aborda, así como un manejo del discurso muy variado y complejo a través de sus distintos personajes. Si bien está ambientada a fines de los 80, sus cuestionamientos permanecen vigentes hasta hoy y nos confrontan como sociedad con el sueño que tenemos de nuestro país en este año del bicentenario, porque el Perú es también una tarea sin fin.

La obra está situada en 1989, en Villa El Salvador. Para el autor, ¿el caldo de creación fue la violencia de esos años?

Sí, además ha llevado a cabo mucha investigación sobre la época y la situación de Villa El Salvador en esos años.

A través de una inocente tarea de colegio, ¿el niño manifiesta una visión realista y hasta crítica de la sociedad que vive?

El autor nos pone delante de un niño genio que ama leer y además es muy sensible, su madre trabaja de ama de casa para personas con dinero, lo que le permite acceder al privilegio de una biblioteca. Él lee y crece, se explica el mundo gracias a la lectura de grandes pensadores y a su experiencia de vida diaria en Villa El Salvador, en el año 89.

En su mente hay modelos institucionales inculcados, pero cotejados con los que observa en su realidad estos son trastocados: ¿la Iglesia es el ejército, Cristo es Mao?

El niño cuestiona todo, todo el tiempo. Reconoce los modelos institucionales, así como la semejanza de sus estructuras. Reconoce el poder del liderazgo y cómo este es más útil cuando se usa para generar bienestar para la población, como la luz eléctrica y la educación. Por eso quiere generar cambios, anhela que quienes no entienden “los librotes”, como su madre, puedan hacerlo. El autor hace un guiño con este niño a la figura del hijo de Dios, un hijo de Dios afrodescendiente.

¿Su tarea es una cartografía de la violencia y fragmentación social de un país en explosión?

Sí, mediante la redacción de su tarea pone en evidencia el clasismo y el racismo, por ejemplo. El niño reconoce que el color de su piel lo pone en el escalón social más bajo, y reconoce que esa situación es la que genera que el niño blanco le pegue, porque es una respuesta ante el abuso que los adultos ejercen sobre él al compararlo de forma despectiva con “el hijo de la chola”.

El dato

Entradas. Adquirirlas en https://live.joinnus.com/lima-la-tarea-sin-fin-42069.

Función. Hoy, 7 p.m.