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Cultural

Alfred Hitchcock: 40 años sin el “maestro moderno del suspense”

El “más famoso" de los directores, o el “más talentoso”, calificativos que el maestro conoció en vida y que hasta hoy parecen no ser exagerados por parte de cinéfilos alrededor del mundo

Aunque falleció hace 40, Alfred Hitchcok sigue dictando cátedra en la materia de cine.
Aunque falleció hace 40, Alfred Hitchcok sigue dictando cátedra en la materia de cine.

Alfred Hitchcok nació en Leytonstone, Londres, el 13 de agosto de 1899. Luego de ser considerado el mejor director de Inglaterra, se mudó a Hollywood en 1939, y terminó nacionalizándose estadounidense.

El título de director de cine más famoso puede caerle a muchas figuras de Hollywood, sin embargo Hitchcock podría ser el único al que le calzaría perfectamente el término.

Solo sus producciones de 1958 a 1963, son películas que muchos conocen bien, ya sea porque han visto por completo, o porque han oído hablar.

Durante esos cinco años, Vértigo, Intriga internacional, Psicosis, Los pájaros, han dejado miles escenas icónicas que ya están implantadas en el imaginario de la audiencia.

Por su arte audiovisual puede considerársele un hijo cinematográfico de Cecil B. DeMille y de Fritz Lang. El “maestro” o “mago” del suspense, tuvo como ambición y a igual nivel tanto al espectáculo como a la psicología detrás del crimen. Es por esto que sus thrillers nunca tienen una solo capa.

Hitchcock siempre se cuestionaba el rol del cine en la sociedad y en las artes. Así queda claro en la biografía escrita por Charlotte Chandler, Solo es una película.

“Las emociones son universales, y el arte es emoción. Por lo tanto, concebir y crear una película capaz de producir algún efecto en el público es, a mi juicio, la principal función del cine y mi mayor fuente de satisfacciones. De lo contrario, el cine no es más que un registro de acontecimientos”, confiesa en la que ha sido catalogada por muchos como una de las más reveladoras biografías.

Si para los comprendido, DeMille inventó Hollywood, Hitchcock lo reinventó. Si Lang, por su parte, esculpió el aura del director europeo, el director de Piscosis llegó a encarnarlo. Alfred fue el primer cineasta al que le fue imposible separar su figura de su obra. Literalmente se dejaba ver, por unos segundos, en sus cintas.

Como si fuese poco, fue responsable en crear una serie televisiva, su nombre ya era sinónimo de calidad para la época de “Alfred Hitchcock presenta…”, historias que vieron la luz en una pantalla más pequeña, pero igual de brillantes.

Falleció el 29 de abril de 1980 en Bel Air, Los Ángeles con 80 años. Dejando un vasta obra que es revisada hasta el día de hoy tanto por los amantes de cine, como por quienes solo quieren poner en juego sus emociones. Algo que el maestro sabía hacer muy bien.

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