Abra esa libreta
“(...) las novelas demoran para madurar, escribirse, y aparecer, y además en este caso todavía no existe en ninguna parte la menor idea sobre cómo termina esta historia.”
Es casi seguro que en las cuarentenas del mundo se está acumulando un gran desembalse literario. Por lo pronto muchos de los que se dedican a mover la pluma están publicando crónicas, generalmente breves, de su experiencia hasta el momento. Los medios las recogen en mosaicos periodísticos que chocolatean, todavía con suavidad, lo terrible con lo ameno.
El ambiente está lleno de llamados a que la gente lea, con listas de textos idóneos. No he encontrado todavía un llamado a escribir. Quizás porque se considera que los inclinados a hacerlo van a escribir de todas maneras. De hecho también en el Perú autores y autoras muy buenos ya están posteando en redes desde ahora.
Sin duda el tema es estimulante. En casa una situación novedosa con abundante tiempo para pensar, sentir y dialogar. Afuera el avance de una devastación mundial, que medios y redes nos permiten mirar, por así decirlo, desde balcón. Todo esto condimentado por dosis de angustia recurrente, que quizás es lo que más mueve al testimonio.
El llamado a escribir, incluso la urgencia de hacerlo, ya debe estar rebasando largamente al gremio de los escritores. Es clásico que el encierro mueve a poner en marcha un diario, que no siempre prospera. Pero con millones de confinados, podemos contar con que muchos reunirán páginas suficientes como para salir a la luz más adelante.
El premio mayor de la aplicación literaria al tema probablemente se dará en el género novelístico, y terminará en un puñado emblemático de obras. Por lo menos hoy a comienzos de abril no parece que toda la saga del coronavirus pueda entrar en el cuento o la poesía, aunque sí se pueden prestar a muy buenas calas sobre lo inmediato.
Entonces imaginamos a numerosos novelistas afilando desde ahora sus plumas, afinando sus teclados. Pero las novelas demoran para madurar, escribirse, y aparecer, y además en este caso todavía no existe en ninguna parte la menor idea sobre cómo termina esta historia.
Mientras tanto los filósofos han tomado la delantera con ensayos, incluso reunidos en libros colectivos, sobre significados profundos de los tiempos que estamos empezando a vivir. Uno en gran circulación por redes es Sopa de Wuhan, una antología de lo último donde, afortunadamente, no todos piensan igual.
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