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Cine y series

Marité Ugás: “La prioridad del cine es movilizar al espectador”

La cineasta estrena Contactado con funciones gratuitas. “(En Perú), la industria de la exhibición censura este tipo de cine”.

Marité Ugás de Sudaca Films. Foto: difusión
Marité Ugás de Sudaca Films. Foto: difusión

En Contactado, Aldo (Baldomero Cáceres), un predicador seguido en Chilca en los 90 por sus teorías en las que mezcla la religión y lo místico, intenta volver a ser un líder veinte años después. “Filmamos antes de que sucediera lo del Frepap, ha sido una coincidencia alucinante”, dice la directora Marité Ugás. El filme es una coproducción con Venezuela y Cuba, y la cineasta lamenta la situación de ambos países. “Quizá eso nunca fue izquierda. Y sigue hundiéndose Venezuela bajo la capa protectora de Cuba”.

Hay paralelos con la actualidad. ¿Cómo surgió el guion?

Era un poco reflexionar sobre estos tiempos, cada vez más la religión y la política conversan más cerca, ¿no? Empezar a escribir con la aparición de Bolsonaro y viendo cómo el chavismo pasó de ser política a un culto religioso a un hombre muerto, y destruyó a un país entero, a un país rico. Es esto tan peligroso que podría estarnos tocando las puertas si es que alguno de los extremos lograra quedarse con el poder. Yo hablo de todo eso desde un culto religioso. Ahora están chocando los extremos hasta manejando los mismos argumentos: antiderechos de las mujeres, y la homosexualidad la tienen vetada.

En Contactado, la casa es un personaje más. Planteas la pobreza al lado del boom inmobiliario. ¿Qué querías mostrar?

Quería mostrar cómo en una zona se ha ido toda una clase social a pique, viviendo de pronto, del recuerdo. Este hombre que sigue manteniendo su casa, pero que está cayéndose y que está alquilando cuartos a extranjeros; es como retratar a una clase media venida a menos después del conflicto armado y de todo lo que nos pasó en los 90. Después de Alan García, la clase media se pauperizó.

Directora del largometraje considera probable la proyección de Contactado en el interior del país. Foto: difusión

Contactado

¿El cine siempre tiene que hablar de lo social? En Perú hay críticas al ‘cine comercial’, pero poco espacio para el de autor.

Lo que tiene que hacer el cine por prioridad es movilizar al espectador, hacerlo reflexionar. Es un tema distinto si en Perú funciona este tipo de cine, porque pasa por una industria de la exhibición que censura este tipo de trabajo, y esto sigue siendo excepcional en Latinoamérica. Es el único país que no tiene ningún reglamento para mantenerse en salas.

¿Ha faltado compromiso?

Ha sido un enfrentamiento directo y negarse (a la cuota de pantalla) como si fuera una afrenta al negocio. Si una película te la ponen tres días, el público no puede llegar a enterarse si estaba bien o no. Hay una decisión a priori de desaparecer este tipo de cine. En Perú no permiten que pasen esos artículos de ley porque tiene muy arraigado su negocio. Siempre ha habido alguien anaranjado en el Congreso que lo tira para atrás.

Mientras tanto, apuestas por las funciones al aire libre.

Teníamos conversado con un distribuidor para salir en salas, pero me está gustando esta idea de seguir afuera. Tal vez vayamos a salas para el interior del país.

¿También cuesta convencer al distribuidor?

No, no cuesta, está maniatado con el exhibidor que es finalmente el que decide arbitrariamente en qué sala ponerte y cuándo sacarte. Y contra eso estamos tratando de luchar.

El dato

Funciones. Mañana en el Británico-Miraflores, el 29 en el Teatro Arena y Esteras, el 30 en Parque Reducto y el 31 en Chilca.

Redactora de la edición impresa de La República. Cubre noticias sobre cine, teatro, música y televisión. Bachiller en Ciencias de la Comunicación. Licenciada en Periodismo.