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Cine y series

Richard Dooner: Superman y las películas de una infancia dorada para Hollywood

El padre de los Gonnies y una generación de cinéfilos puso de luto al cine con su partida. En la siguiente nota, recordamos sus películas e inmortal legado que sigue inspirando a miles alrededor del mundo.

El director estadounidense falleció a los 91 años. Foto: composición / Warner
El director estadounidense falleció a los 91 años. Foto: composición / Warner

Cuando fallece el director que creó tus mejores recuerdos en una sala de cine, uno rememora las historias que los formaron e inspiraron. En el caso de Richard Donner, la ilusión de que un hombre realmente podía volar, la primera aventura como integrante de los Goonies y el pavor que producía el fin del mundo.

Junto a Steven Spielberg y George Lucas, Dooner fue uno de los directores que salvaron a Hollywood de su gran crisis de los años 70 a punta de blockbusters. Ya sea el cine de aventuras, terror o superhéroes, su versatilidad estaba alabada por los especialistas y, sobre todo, su público.

Mucho antes del boom de superhéroes, sentó las bases del género con Superman: la película protagonizada por Christopher Reeve. No fue la primera adaptación cinematográfica del emblemático superhéroe, pero sí se trata de la mejor versión en carne y hueso hasta la fecha.

Superman: la película

“Desde una galaxia remota, un recién nacido es enviado por sus padres al espacio debido a la inminente destrucción de su planeta. La nave aterriza en la Tierra y el niño es adoptado por unos granjeros que le inculcan los mejores valores humanos. Con los años, el joven se irá a Metrópolis y allí usará sus poderes para luchar contra el mal”.

La mítica película es la primera piedra sobre la que edificaron el cine de superhéroes y ayudó a que este se convierta en un género cinematográfico respetado. Sus valores, inocencia y luminosidad pueden ser percibidos como anticuados en comparación a los títulos modernos, pero justamente ahí radica su rareza y motivo para ser un clásico.

Para Richard Donner, Superman servía como contrapeso luminoso a una década sombría en la que Estados Unidos sufría las secuelas de la guerra de Vietnam, el escándalo Watergate, la pérdida del sueño americano, entre otros eventos. Aun para estas fechas, el director creyó que los superhéroes no tienen por qué ser tan oscuros.

El hombre de acero junto a Lois Lane y Lex Luthor. Foto: composición / Warner

El hombre de acero junto a Lois Lane y Lex Luthor. Foto: composición / Warner

“Hay tanta gente que hace a los superhéroes tan cínicos que es deprimente. Cuando son oscuros, sombríos y están enojados consigo mismos y el mundo, no lo encuentro entretenido. Creo que hay suficiente realidad para eso y anhelamos lo contrario”, expresó anteriormente a los medios.

Así como en su estreno, la película sigue siendo aclamada por la interpretación de Reeve, la extraordinaria música de John Williams y el encantador despliegue de efectos especiales. Para muchos, se trata de una oportunidad para despegar los pies del presente y viajar a una época diferente: la infancia dorada de Hollywood y la propia.

Estamos hablando de la generación de los años 70 que encontró refugio en la ficción. Aquellos niños que convirtieron escenas —como un Kal-El levantando un tractor o surcando los cielos— en estampas mentales. Ciertamente, la sensación de libertad y poder eran demasiadas seductoras para unos infantes que quedaron aún más maravillados al ver a su hombre invencible luchando por un mundo mejor aún en silla de ruedas.

Los Goonies

“Mikey es un niño de trece años que junto con su hermano mayor y sus amigos forman un grupo que se hacen llamar los Goonies. Un día, encuentran el mapa de un tesoro perdido que data del siglo XVII, de la época de los piratas, y deciden salir a buscarlo repletos de espíritu aventurero”, señala la sinopsis del film.

Mucho antes de IT o Stranger things, Los Goonies hizo popular las aventuras protagonizadas por pandillas infantiles en los años 80. La historia fue creada originalmente por Steven Spielberg, pero la dirección terminó en manos de Richard Donner y los fanáticos no podrían haber pedido un mejor relevo.

Posiblemente sea la película definitiva sobre pandillas infantiles y razones no le faltan: una aventura mágica, valores y lecciones de vida, un elenco enérgico y unas interpretaciones tan reales como cautivadoras. Algo más insólito que el tesoro perdido sería encontrar un niño que no haya querido ser un goonie más.

Arma mortal

“Martin Riggs es un policía de Los Ángeles con tendencias suicidas, mientras que Roger Murtaugh es un policía maduro y padre de familia. Juntos intentarán desmantelar una operación de contrabando de droga y al mismo tiempo se harán mejores amigos a pesar de sus diferencias”.

Luego de Arma mortal, pocas duplas de actores volvieron a desprender la misma química y energía en pantalla. Es gracias a esta hermandad que la película ha sobrellevado el paso de los años y se ha convertido en un clásico del cine de acción. Los tiroteos y enfrentamientos bien realizados suman puntos, pero nunca habría trascendido cómo lo hizo sin los mismos protagonistas.

Su éxito fue tan grande que consiguió tres secuelas y un desafortunado remake, aunque nada se compara a la adrenalina y carcajadas de las dos primeras entregas. Vale mucho la pena mencionar también la inconfundible música de saxofón y las veces que Murtaugh se repetía: “Estoy muy viejo para estas tonterías”.

La profecía

“Cuando Kathy Thorn da a luz a un bebé muerto, su esposo Robert le oculta la verdad y sustituye a su hijo por uno huérfano, ignorando su origen satánico. El horror empieza con un gran número de muertes y cuando el marido se entera de que el niño adoptado es el Anticristo”.

Bajo esta premisa, Richard Donner lanzó la película del anticristo por excelencia y que sigue sin ser superada luego de 45 años, A diferencia de El Exorcista, la maldad es más intangible y el espectador también se ve atrapado por la intriga. No alcanza el terrorífico suspense de La semilla del diablo, pero tampoco lo requiere para mostrarnos el oscuro auge de Damien y grabarnos la cantata demoniaca Ave Satani.

Licenciado en Periodismo en la Universidad San Ignacio de Loyola, crítico de cine y redactor en La República. Mis intereses: el cine, poetas malditos, todo revés proveniente de un buen thriller o fatilismo de una novela negra.