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Ciencia

Los cráteres de la Luna se originaron por un fenómeno muy antiguo de la Tierra

Los científicos creían que casi todos los cráteres de Luna habían surgido por eventos del sistema solar exterior, pero un nuevo descubrimiento se antepone a esa afirmación histórica.

La luna con cráteres claramente visibles formados por impactos de asteroides. Foto: NASA / Centro de vuelos espaciales Goddard
La luna con cráteres claramente visibles formados por impactos de asteroides. Foto: NASA / Centro de vuelos espaciales Goddard

El bombardeo de asteroides registrado en la Luna hace 3.900 millones de años tiene su origen en un proceso de impactos continuos de la fase principal en la formación de la Tierra.

La investigación de los planetólogos de la Universidad de Münster se ha basado en mediciones químicas muy precisas de rocas lunares formadas durante el bombardeo. Los resultados se publican en el número actual de la revista Science Advances.

Estas rocas contienen diminutos glóbulos de metal que consisten en material de los asteroides impactadores. Al estudiar la composición de estos glóbulos metálicos, los investigadores pueden determinar en qué parte del sistema solar se originaron estos cuerpos.

Se centraron en los elementos rutenio y molibdeno porque muestran cambios sistemáticos en su composición isotópica, dependiendo de dónde se formaron en el sistema solar.

“Nuestra investigación muestra que el bombardeo de la Luna fue por los mismos cuerpos que formaron la Tierra y la Luna”, explica la planetóloga y autora principal del estudio, la doctora Emily Worsham.

Los cráteres de impacto en la Luna, dicho esto, se deben a un bombardeo continuo de asteroides sobrantes de la fase principal de formación de la Tierra. Esto también permite a los científicos descartar un aumento repentino en la tasa de impacto debido al bombardeo con cuerpos del sistema solar exterior.

Imagen en mosaico de la superficie lunar. Foto: NASA

Imagen en mosaico de la superficie lunar. Foto: NASA

“Se ha sugerido anteriormente que las rocas lunares estudiadas hasta ahora están compuestas principalmente de material de una sola cuenca de impacto: el Mare Imbrium, en el lado norte-central de la Luna que mira hacia la Tierra”, precisa Emily Worsham en un comunicado.

Se sabe a partir de cálculos teóricos, que las órbitas de los gigantes gaseosos cambiaron en algún momento de la historia temprana del sistema solar, dispersando una gran cantidad de cuerpos del sistema solar exterior hacia el interior, que colisionaron con la Tierra y la Luna, entre otros.

“Este evento debe haber tenido lugar antes de lo que se pensaba, porque no encontramos evidencia de impactos de asteroides o cometas de los confines del sistema solar en las rocas lunares”, interviene el profesor Thorsten Kleine.

A raíz de ello, el cambio en las órbitas de los planetas gigantes gaseosos probablemente tuvo lugar durante la fase de formación principal de los planetas similares a la Tierra, es decir, en los primeros aproximadamente 100 millones de años del sistema solar, lo que a su vez concuerda bien con los modelos dinámicos recientes.

“Nuestro estudio, por lo tanto, también muestra que los planetas similares a la Tierra incorporaron cuerpos ricos en agua del sistema solar exterior relativamente temprano, durante su formación, creando así las condiciones para el surgimiento de la vida”, agrega Thorsten Kleine.

Con información de Europa Press.

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