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Ciencia

¿Angustia o ansiedad porque se cayó WhatsApp? Lo que le sucede a tu cerebro cuando te ‘desconectas’

La caída a nivel mundial de WhatsApp, Facebook e Instagram afecta de diferentes maneras a las personas.

Muchas personas manifiestan sentirse ansiosas o angustiadas cuando pierden contacto con los demás en las redes sociales como WhatsApp. Foto referencial: Unocero
Muchas personas manifiestan sentirse ansiosas o angustiadas cuando pierden contacto con los demás en las redes sociales como WhatsApp. Foto referencial: Unocero

La caída global de los servicios de WhatsApp, Facebook e Instagram, tres de las principales redes sociales usadas en la actualidad, dejó desconectados a millones de usuarios este lunes 4 de octubre. El impacto de este acontecimiento varía en cada persona dependiendo del uso que les dan a estas plataformas, tales como trabajo, familia, amigos, o la suma de cualquiera de estos aspectos.

En el caso específico de WhatsApp, la sensación de desconexión puede ser muy intensa en los usuarios que hacen un uso excesivo de esta red de mensajería instantánea, al punto que puede generar en ellos fuertes sensaciones de ansiedad o angustia.

Cuando esto sucede, se está manifestando una forma particular de ‘nomofobia’, que es el miedo irracional a no tener celular o a estar incomunicado a internet.

¿Por qué ocurre?

Un estudio publicado en 2016 en la revista Frontiers in Psychology, realizado con 485 participantes, mostró que las personas que tienen un nivel elevado de “soledad social” y tienen una menor percepción de apoyo por parte de sus iguales corren más riesgo de hacer un uso patológico de las redes sociales como WhatsApp.

Esto quiere decir que, entre otras cosas, puede desarrollar una dependencia dañina hacia el uso de estas plataformas digitales.

En adición, las redes sociales están caracterizadas por tener una naturaleza reforzadora, ya que “su uso activa el centro de recompensa del cerebro mediante la liberación de dopamina, una sustancia química que provoca bienestar”, detalla el portal de McLean Hospital, asociado a la Universidad de Harvard.

De ese modo, las personas que usan las redes sociales como un mecanismo para afrontar el estrés, la soledad o la depresión, acostumbran a su cerebro a obtener en estos sitios “recompensas continuas que no reciben en la vida real”, señala Addiction Center en su página web.

Por tanto, la pérdida repentina de la conexión a una determinada red social deja al cerebro sin estas recompensas para aliviar un estado de ánimo negativo. Asimismo, estos usuarios pueden percibir la pérdida de la única herramienta conocida para mantenerte en contacto continuo y sin restricciones con las personas de su agrado.

“Es esa relación social de comunicación lo que configura quiénes somos en el mundo y, cuando se acaba, una parte de mi conexión con el mundo se corta también”, explicó al medio El Español Manuel Fuentes Gómez, psicólogo y director de la Fundación Candeal-Proyecto Hombre Burgos, una organización enfocada en tratar adicciones.

En ese sentido, Fuentes destacó que las personas deben tener “mecanismos alternativos” para reestablecer la conexión con el entorno y retomar las relaciones interpersonales.

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