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Ciencia

Astrónomos detectan la posible transformación de una estrella en un agujero negro

La "monstruosa" estrella era 2,5 millones de veces más brillante que el Sol, pero se apagó 'de repente'.

Simulación de un agujero negro con material cayendo a su alrededor. Fuente: ESO.
Simulación de un agujero negro con material cayendo a su alrededor. Fuente: ESO.

Cuando pensamos en una estrella, nuestro principal referente es el Sol, lo más grande y brillante en el cielo. Sin embargo, es insignificante en comparación con los astros masivos que habitan el espacio profundo. Uno de estos gigantes pudo haberse convertido en un agujero negro ‘de un momento a otro’.

Esta estrella fue encontrada en la galaxia Kinman, ubicada a 75 millones de años luz de nuestro sistema solar. Entre 2001 y 2011, varios equipos de astrónomos estudiaron el astro. Sus observaciones indicaron que estaba en la última etapa de su evolución.

Ilustración muestra a la estrella variable luminosa azul de la galaxia Kinman antes de su desaparición. Fuente: ESO.

Ilustración muestra a la estrella variable luminosa azul de la galaxia Kinman antes de su desaparición. Fuente: ESO.

La estrella emitía un brillo azul 2,5 millones de veces más potente que el Sol, por lo que su presencia era notoria a pesar de estar tan lejos. Sin embargo, en 2019, cuando un grupo de astrónomos apuntó el conjunto de telescopios VLT en Chile, no encontró ninguna señal del astro.

Con una masa estimada superior a 100 veces la del Sol, se esperaba que la estrella termine su ‘vida’ con una espectacular explosión llamada supernova. Pero tampoco hallaron signos de tal evento. Simplemente había desaparecido.

Haciendo el trabajo de detectives espaciales, los astrónomos encontraron que los datos del 2011 indicaban que la estrella estaba experimentando un periodo de fuertes erupciones, algo normal en los astros inestables. Fue así que llegaron a dos posibles explicaciones para la misteriosa desaparición.

Una de ellas es que las erupciones le hicieron perder mucha masa, volviéndola menos luminosa e incluso opacada por el polvo de su material expulsado.

Pero otro posible escenario fue lo que más llamó su atención.

Las erupciones pueden haber sido en realidad un síntoma de que la estrella ya se había quedado sin ‘combustible’ para ejercer presión hacia el exterior, por lo que terminó sucumbiendo a la fuerza de la gravedad de su propio núcleo hasta que todo su cuerpo se comprimió en una región mucho más pequeña y oscura: se convirtió en un agujero negro.

“Si es cierto, esta sería la primera detección directa de una estrella que acaba con su vida de esta manera”, anunció Andrew Allan, autor principal de la investigación publicada en Avisos Mensuales de la Sociedad Real de Astronomía.

Representación de un agujero negro. Fuente: ESA/ESO.

Representación de un agujero negro. Fuente: ESA/ESO.

Esta posibilidad desconcierta a los científicos porque se supone que los agujeros negros se forman a partir de los restos de las estrellas que antes explotaron en supernovas, perdiendo todas sus capas externas.

“Es posible que hayamos detectado que una de las estrellas más masivas del Universo local está entrando suavemente en la noche”, comentó el miembro del equipo Joseph Groh.

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