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Ciencia

Coronavirus: ¿acostar a los pacientes boca abajo puede salvarles la vida?

En los hospitales cada vez más se usa esta técnica mientras los enfermos permanecen conectados a ventiladores. ¿Es realmente efectiva?

La técnica de la pronación ha sido utilizada hace años para problemas respiratorios graves.
La técnica de la pronación ha sido utilizada hace años para problemas respiratorios graves.

En marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó acostar boca abajo a los enfermos con COVID-19 que sufren de dificultad respiratoria aguda. Esta técnica ha sido replicada en diferentes hospitales del mundo, por lo que ha despertado el interés de las personas por saber si en realidad funciona.

La comunidad médica conoce esta posición como “decúbito prono”. Es una técnica antigua aplicada para tratar enfermedades respiratorias graves y ahora se usa también en pacientes graves infectados con el nuevo coronavirus.

Panagis Galiatsatos, profesor de medicina pulmonar y cuidados intensivos de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, explica a la BBC que este método ayuda a los pacientes a aumentar la cantidad de oxígeno que ingresa a sus pulmones.

“Muchos de los pacientes con coronavirus no están oxigenando bien sus pulmones y eso los daña. Y aunque en los centros médicos les administramos oxígeno, en ocasiones parece no ser suficiente. Y así, lo que hacemos es acostarlos boca abajo para permitir que los pulmones se vuelvan a expandir”, indica el experto.

En decúbito prono, los pulmones se “abren” más y eso permite que haya más flujo de sangre. Esto, sumado a la ventilación mecánica, ha dado muy buenos resultados en muchos pacientes.

De hecho, la OMS recomienda permanecer en este estado entre 12 a 16 horas al día como parte del tratamiento. Asimismo, un estudio realizado en China con 12 enfermos por coronavirus concluyó que quienes no aplicaron el método tuvieron una capacidad de expansión pulmonar “deficiente”.

Posibles riesgos

El procedimiento, conocido también como pronación, debe ser realizado por un número “suficiente de profesionales experimentados”, asegura la OMS. De lo contrario, podría traer riesgos, ya que el hecho de cambiar la posición de un paciente con insuficiencia respiratoria implica complicaciones.

“La obesidad es una de las mayores preocupaciones. También se debe tener cuidado con las personas que tengan lesiones en el pecho. Y hay que ser precavidos en caso de que el enfermo tenga un tubo de respiración o un catéter en el cuello”, advierte Galiatsatos.

De acuerdo con el especialista, se necesitan entre cuatro a cinco personas para realizar la pronación.

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