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Ciencia

Cómo es Perseverance, el próximo explorador de la NASA en Marte

“Perseverancia” será lanzado en julio de 2020, con avanzados instrumentos de análisis que podrían resolver por fin el misterio de la vida en el planeta rojo.

El róver Perseverance ya ha pasado sus principales ensayos. Ahora es ensamblado para ir a Marte. Crédito: NASA.
El róver Perseverance ya ha pasado sus principales ensayos. Ahora es ensamblado para ir a Marte. Crédito: NASA.

La NASA ha decidido que su próximo vehículo de exploración en Marte se llamará Perseverance (perseverancia). Este nombre refleja, entre otras cosas, los incesantes esfuerzos de la agencia aeroespacial por descubrir los más grandes secretos del planeta rojo.

El róver de la misión Mars 2020 recibió su nuevo nombre a través de un concurso en el que participaron estudiantes de primaria y secundaria de todo Estados Unidos. El joven Alexander Mather fue el ganador.

“La propuesta de Alex (Perseverancia) ha capturado el espíritu de la exploración”, dijo el administrador asociado del Directorio de la Misión Científica de la NASA, Thomas Zurbuchen. “Nuestro róver va a afrontar retos y va a hacer descubrimientos apasionantes”.

Un laboratorio andante

Las principales misiones de Perseverance, desde su aterrizaje pronosticado para febrero de 2021, serán encontrar restos de vida microbiana pasada en Marte y describir su clima y geología. Asimismo, debe recolectar muestras de rocas y polvo para enviarlos más tarde a la Tierra con el fin de analizarlos.

Róver Perseverance, misión Mars 2020. NASA.

Róver Perseverance, misión Mars 2020. NASA.

Tiene dimensiones similares al actual explorador en Marte, el Curiosity (tres metros de largo). No obstante, pesa 126 kilos más (1025 kg, en total); esto es porque lleva una mayor carga tecnológica, que incluyen sofisticadas cámaras y sensores atmosféricos, químicos, biológicos y de terreno.

Entre los sistemas más revolucionarios de Perseverance destacan MOXIE y SHERLOC. El primero usará el dióxido de carbono de la atmósfera marciana para producir oxígeno, tal como lo hace un árbol en la Tierra. Un experimento clave para establecer futuras colonias humanas.

SHERLOC, en cambio, tendrá un trabajo de detective. Utilizará espectrómetros, un láser y una cámara para buscar compuestos orgánicos y minerales que hayan sido alterados por ambientes acuosos y que puedan ser signos de antigua vida microbiana en Marte.

Instrumentos de Perseverance. Crédito: NASA.

Instrumentos de Perseverance. Crédito: NASA.

Según Luther Beegle, investigador principal del proyecto, SHERLOC será clave para responder “si Marte está o estuvo habitada alguna vez, y si no, ¿por qué no?”.

Los instrumentos de Perseverance también podrán confirmar si lo que el Curiosity ha encontrado en estos años corresponde con algún tipo de vida presente o pasada en el planeta.

Actualmente se está completando el proceso de ensamblaje del vehículo en el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida (EE.UU.). Su lanzamiento está pronosticado para julio de 2020 y se espera que aterrice en el cráter Jezero, hemisferio norte de Marte.

Cráter Jézero, lugar de aterrizaje del Perseverance. Crédito: NASA.

Cráter Jézero, lugar de aterrizaje del Perseverance. Crédito: NASA.

Un gran legado

Los exploradores marcianos de la NASA no solo comparten el sello de la representación humana en un nuevo mundo, también la tradición de ser nombrados a través de competiciones escolares.

Así se eligieron los nombres del Sojourner (visitante) en 1997; Spirit (espíritu) y Opportunity (oportunidad), que aterrizaron en el planeta rojo en 2004; y Curiosity (curiosidad), que ha estado estudiando Marte desde 2012.

Cada uno nos entregó importante información del pasado y el presente del planeta rojo, lo que nos ayuda también a comprender la historia del sistema solar y nuestra Tierra.

Tal vez Perseverance sea el último de ellos, ya que esta década veremos despegar a los nuevos exploradores de la misión Artemis rumbo a la Luna, preparando el viaje hacia Marte.

Periodista de la sección Ciencia de La República. Bachiller en Comunicación Social en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Especialización en Comunicación Científica en la UTEC. Experiencia como redactor en revistas y medios digitales. Mientras no trato de explicar cómo funciona el universo, hago ciclismo de montaña.