¿Qué significa ser un fotoperiodista en Venezuela?
Cada 6 de mayo se celebra el Día Nacional del Reportero Gráfico en Venezuela. Bajo este contexto, se conmemora la labor de los apasionados del fotoperiodismo en su lucha por mostrar en imágenes lo que viven cientos de venezolanos.
El fotoperiodismo es una labor de alto riesgo, donde la principal arma para defenderte es la cámara. Constantemente, miles de estos profesionales arriesgan sus vidas para informar sobre los acontecimientos y conflictos del día a día, mostrando el otro lado de la moneda y centrando la atención en aquello que no es tan visible para el resto del mundo. En Venezuela, país secuestrado por el chavismo desde hace más de una década, se vulneran una serie de derechos fundamentales, incluyendo el de la libertad de expresión. La lucha por recobrarla está comandada por diversos periodistas y organizaciones no gubernamentales que no comparten ideales con el Gobierno. En el marco por el Día Nacional del Reportero Gráfico nos preguntamos: ¿qué significa ser un fotoperiodista en el país llanero?
Iván Reyes, reportero gráfico y redactor del medio venezolano Efecto Cocuyo, nos responde esta interrogante.
"Ser un fotoperiodista en Venezuela es bastante complicado, en ocasiones. Es saber que, muy probablemente, los accesos a coberturas oficiales, funcionarios de seguridad y funcionarios del Gobierno venezolano van a ser bastante limitados a diferencia de otros países. Ser fotoperiodista en Venezuela también te pone como blanco, a veces, porque, si hay un evento donde hay violencia y personas que no quieren ser retratadas, van a buscar atacar al fotoperiodista y además quitarle su equipo de trabajo. Además, ser un fotoperiodista en Venezuela, a pesar de los retos que evidentemente tiene, creo que tiene muchas oportunidades de trabajo, historias, sucesos. En mi caso, trabajando aquí como fotoperiodista, de cierta manera, siento que colaboro con las personas, me siento como un canal o servidor público de las cosas que ocurren en el país", expresó.
¿Cuáles son las coberturas que más te marcaron?
Iván Ernesto Reyes, oriundo de Maracay, estado Aragua. Nació el 24 de abril de 1993 y desde temprana edad tuvo una gran cercanía con el Periodismo gracias a su madre. Egresado de Comunicación Social en la Universidad Central de Venezuela (UCV), tuvo la oportunidad de ejercer la "profesión heredada" hasta ser reconocido tanto en concursos nacionales, por ejemplo, una mención honrosa en los Premios IPYS (2021), como internacionales, al ser uno de los finalistas en los Premios Gabo. Sin embargo, para llegar a este nivel, tuvo que transcurrir un engorroso camino.
"En 2019, cuando ocurrió el conflicto en el puente fronterizo entre Cúcuta y Venezuela, fue una cobertura demasiado complicada, donde hubo muchos heridos, donde uno mismo estuvo muy expuesto, porque no teníamos equipos de seguridad, chalecos antibalas, casco ni máscaras, porque, como pasábamos caminando por el puente fronterizo de forma legal, no podíamos llevar estas cosas para evitar que nos las quitaran en la frontera. Esa fue una cobertura donde me sentí bastante expuesto, donde hubo momentos en que los perdigones se mezclaban con balas y piedras. Me marcó, porque fue la cobertura en la que he visto más personas heridas en una protesta", recordó.
Iván tiene sus ideales muy marcados y su sentido por la ayuda a sus compatriotas es una de sus prioridades. Su trabajo cubriendo el paso migratorio de miles de venezolanos lo ha llevado hacia la frontera entre México y Estados Unidos, donde miles de familias criollas suelen quedar varadas con la incertidumbre de lo que pasará al día siguiente.
"Las coberturas relacionadas con la migración venezolana son las que me marcan y en las que más me concentro para contarla desde nuestra perspectiva como venezolanos y no como lo que te pueden contar los medios estadounidenses o europeos. Entonces, esta cobertura de la migración que inicié en 2019 es, para mí, la principal. Las historias son un poco dramáticas. Logré hablar con varias personas en los refugios, donde, en muchos casos, se trataba de una segunda migración, ya que era gente que se había ido a Colombia, Chile, Ecuador, Perú y que estaban decidiendo llegar a Estados Unidos para quedarse. Pero, acercándome a personas que ya están establecidas en EE. UU., los testimonios varían mucho. Hay gente que te dice que está arrepentida de haberse ido, porque la ciudad es muy cara y el sistema migratorio es muy complicado, ya que no te deja 'legalizarte' ante los ojos de ellos. Pero hay otras personas que están convencidas de que se quieren quedar. Tienes esa dualidad", explicó.
¿Cuál es tu historia con la fotografía? ¿En qué momento descubriste que el fotoperiodismo era tu vocación?
"Crecí en una redacción periodística, lo digo porque mi mamá es periodista. Entonces, yo iba a este edificio todas las tardes, porque no había quién me cuide en casa. En el piso 5 de ese periódico estaba el Departamento de Fotografía, entonces yo veía las cámaras y las computadoras, y me iba allá a pasar las tardes. Los fotógrafos, de manera muy amigable, me mostraban las fotos que tomaban, me daban fotos de agencias que llegaban y me decían: 'Llévatelas a casa para que las veas después'. Más o menos fui viendo las cámaras, el ajetreo y la emoción que tenían los fotógrafos cuando llegaban a la redacción con las fotos, incluso el proceso de revelado. Esto me marcó bastante. A medida que fui creciendo, ya sabía que quería ser periodista, pero no sabía a qué me quería dedicar. No considero que nada más me dedique a la fotografía, es lo que más me gusta, pero también me gusta escribir", comentó.
¿Cuáles son tus referentes?
Con una cámara a rollo Minolta SRT 101 y retratando la calle de la forma más cruda comenzó su praxis en el mundo de la fotografía. En su etapa universitaria, trabajó en un estudio fotográfico en 'BBC' (bodas, bautizos y cumpleaños). Ese lugar se volvió su taller de fotografía y, por medio de un pago a plazos, sacó su primera cámara: una Canon Rebel T3.
En la universidad, su profesor Héctor Castillo se volvió su principal referente, quien le compartió una serie de consejos, los cuales contribuyeron en su formación profesional. Además, aprecia mucho la compañía y aprendizajes que obtiene de sus colegas.
"Están Ariana Cubillos de AP, Leo Álvarez, Daniel Hernández, Ronaldo Schemidt, Marco Bello y Fabiola Ferrero, estos son mis referentes dentro de Venezuela", detalló.
Iván, hincha férreo de la Vinotinto y de Navegantes del Magallanes, aún tiene muchos sueños por cumplir. Dentro de sus principales metas están participar en una cobertura de conflictos y ser acreditado para el próximo Mundial de Fútbol, anhelos que se encuentran a un clic de distancia.